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Agua turbia, tierra herida en el Congo

Resistencia y esperanza en el corazón del Congo
Agua turbia, tierra herida en el Congo

Cuando Marie se acercó por primera vez al pozo recién perforado en su aldea, en Lwisha, llevaba semanas recogiendo agua de un riachuelo turbio y rojizo. Ella sabía que no era seguro, pero tampoco tenía otra opción. En su comunidad, como en muchas otras del sur de la República Democrática del Congo, el agua limpia no es un derecho: es una ilusión remota.

Durante años, la vida de Marie giró en torno a una rutina peligrosa y silenciosa. Recoger agua contaminada. Cocinar con ella. Darla de beber a sus hijas. A veces, alguna enfermaba.

No muy lejos de allí, en Katanga, el padre Ernest —un sacerdote jesuita que trabaja codo a codo con organizaciones sociales— observa con preocupación cómo las lluvias han cambiado. Ya no son las mismas. Hoy caen como si el cielo estallara de golpe, arrancando la tierra fértil, derrumbando casas mal construidas, arrastrando vidas enteras. «El cambio climático aquí no es teoría», dice. «Es barro en la cara. Es un niño que ya no está».

Entre las grietas de abandono gubernamental y promesas incumplidas, surgen con fuerza las comunidades. Y las ONG que las acompañan.

 

La necesidad de escuchar


En CARF, aliada de Alboan en la región de Katanga, saben que no basta con instalar un pozo o donar semillas. Hay que escuchar. Entender. Trabajar con, no para. Porque el mayor reto no es la infraestructura: es el desencuentro entre la gente y quienes deberían representarla. La falta de escuelas, de atención médica, de seguridad alimentaria… Todo está conectado por un mismo hilo de exclusión.

Aun así, hay luz. CARF proporciona acceso de agua potable a miles de familias que ven sus fuentes acuíferas contaminadas por el efecto de la actividad extractiva. Con dicha entidad, apoyamos desde hace años diversos proyectos que promueven la autonomía financiera de las familias rurales y en especial de las mujeres que abandonan la minería artesana.

A través de procesos formativos aprenden técnicas mejoradas de producción y comercialización de cultivos, como alternativa viable al trabajo en las minas. Mujeres que antes trabajaban en condiciones peligrosas ahora cultivan la tierra juntas, lideran proyectos comunitarios, y llevan alimentos más nutritivos a sus hogares. Una de ellas, Nadine, cuenta que antes se sentía invisible. «Ahora tengo voz. Y me escuchan».  

Y, como pequeños brotes verdes, surgen cooperativas agrícolas en la región: Tujenge, Maendeleo y Tukankamane; donde se cultivan cebollas, cacahuetes, tomates, berenjenas, mandioca o gombó.

 

7 de cada 10 personas en pobreza extrema son mujeres

 

Resistencias al cambio


Pero no es fácil. Siempre hay resistencias. A veces, son los propietarios de tierras que se arrepienten de ceder terreno al ver el éxito de los proyectos. O líderes locales que temen perder poder. O simplemente, personas que tienen miedo al cambio. Por eso, quienes impulsan estos procesos saben que cada paso requiere paciencia, respeto a las costumbres —como reconocer a las autoridades antes de iniciar cualquier proyecto— y, sobre todo, humildad.

Humildad, que no es incompatible con los sueños. Toussaint M. Kafarhire SJ, director de CARF, sueña alto: crear un laboratorio ambiental en Lubumbashi. Como nos cuenta, «un lugar donde se pueda analizar científicamente el agua que beben y la tierra que cultivan, donde los jóvenes universitarios se formen, y donde las denuncias ya no dependan solo del coraje de los testimonios ciudadanos, sino también de datos irrefutables». Porque sin ciencia, la verdad puede ser silenciada.

En Alboan creemos que cada pozo, cada huerto, cada laboratorio, cada mujer empoderada, no son solo proyectos: son actos de resistencia en un mundo desigual. Y que detrás de cada uno de ellos, hay nombres, hay vidas, como la de Marie, que hoy vuelve del pozo con agua limpia en su balde… y determinación en su mirada.

 



Toussaint M. Kafarhire es sacerdote jesuita, poeta, teólogo y científico social. Actualmente es director general del Centro Arrupe para la Investigación y la Formación (CARF). Estudió filosofía, teología, ética y teorías sociales, y ciencias políticas. Entre sus publicaciones más recientes se encuentra Petites Promenades Littéraires (2022). Kafarhire vive y trabaja en Lumumbashi.