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Forzadas a huir: historias de lucha y resistencia

Forzadas a huir: historias de lucha y resistencia

En un mundo donde la violencia y la desigualdad obligan a miles de mujeres a abandonar sus hogares, las historias de migración son más que simples desplazamientos: son relatos de supervivencia, resistencia y lucha. Desde los conflictos en el Sahel africano hasta la violencia en Centroamérica, las mujeres enfrentan un sinfín de peligros y desafíos que marcan cada paso de su camino.

¿Qué las empuja a dejar todo atrás? ¿Cómo enfrentan una realidad donde su cuerpo es utilizado como arma y sus derechos, una y otra vez, son vulnerados? Explora las realidades que esconden las cifras y descubre las voces que claman justicia en medio del caos.

 

Las causas profundas de la migración femenina


La movilidad humana es un fenómeno complejo que abarca múltiples dimensiones, pero para entender verdaderamente sus causas y consecuencias, es fundamental analizarlo desde una perspectiva de género. Las mujeres que migran nos revelan historias de abusos, violencia y desafíos, marcadas por roles tradicionales que influyen desde el inicio de sus experiencias migratorias.

La migración forzada de las mujeres es multicausal. Es decir, responde a la combinación de diversos factores y motivaciones que se entrelazan y les obliga a dejar atrás sus hogares. En Alboan, trabajamos con comunidades de África Subsahariana, en las regiones de África Occidental y Central, así como en Centroamérica, acompañando a quienes se dirigen al norte, hacia la frontera entre México y Estados Unidos.

 

Crisis interconectadas en África


En África Subsahariana, la migración es producto de una compleja mezcla de factores sociales, económicos, políticos y ambientales que afectan de manera desproporcionada a las mujeres. Con más de 1.200 millones de habitantes, esta región, rica en biodiversidad y recursos naturales, sufre las consecuencias del cambio climático, como la inseguridad alimentaria, las sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos.

De los 48 países que componen la región, 22 están inmersos en conflictos. La violencia, las violaciones de derechos humanos y los desplazamientos son realidades constantes, especialmente en el Sahel (Burkina Faso, Mali, Níger) y países vecinos como Benín, Costa de Marfil, Ghana y Togo (UNHCR, 2023). 

Las mujeres y las niñas son las principales víctimas en estos contextos, pues las violencias de género se intensifican y sus cuerpos son utilizados como armas de guerra.

Sin embargo, estas violencias no se limitan a periodos de conflicto; persisten también en tiempos de paz, afectando a las mujeres de distintas maneras. En el Sahel y África Occidental, la violencia sexual, los abusos, la explotación, y prácticas tradicionales dañinas como la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y la trata de personas son comunes (Blay-Tofey & Lee, 2015).

 

Centroamérica: huir de la violencia y la desigualdad


La migración en Centroamérica está marcada por crisis políticas, violencia generalizada, conflictos socioambientales y violaciones a los derechos humanos, sumado a un modelo económico que concentra la riqueza y explota los recursos naturales. La falta de empleo digno y estabilidad económica son factores determinantes que afectan mayoritariamente a las mujeres, quienes, en su mayoría, trabajan en la economía informal y son especialmente vulnerables a la migración forzada por razones económicas.

Además, la violencia de las organizaciones criminales empuja a muchas personas a huir. En este contexto, las mujeres son utilizadas como herramientas para actividades delictivas, sus cuerpos tomados por la fuerza o utilizados como territorios donde los grupos rivales ajustan cuentas. Nuevamente, el cuerpo femenino se convierte en un arma de guerra. Las mujeres no solo temen por sus propias vidas, sino también por las de sus hijos e hijas, quienes enfrentan el riesgo de violencia sexual y reclutamiento forzado.

 

El caso de América Latina


América Latina, por otro lado, es la región más peligrosa para quienes defienden el medioambiente y los derechos territoriales, con un 88% de los asesinatos de activistas registrados en 2022 (Global Witness, 2023). Las mujeres defensoras se enfrentan, además, a violencias basadas en género como agresiones sexuales y rechazo por parte de sus propias comunidades.

En países como Honduras, las tasas de feminicidio han alcanzado niveles alarmantes —6,2 por cada 100 mil mujeres en 2019—. La violencia contra las mujeres suele ocurrir en el ámbito doméstico, perpetrada por sus parejas o familiares. A esto se suma la alta tasa de embarazos adolescentes, una señal más de las profundas desigualdades que enfrentan las mujeres en la región.

Por último, en muchos casos, el Estado no ofrece la protección necesaria, reflejada en los altos niveles de impunidad y la falta de acceso a la justicia para las víctimas de violencia de género.

En Alboan colaboramos y trabajamos en proyectos de emancipación y desarrollo de las mujeres, jóvenes y niñas y en proyectos que respondan a las necesidades de mujeres que han sufrido de violencia en contextos de movilidad forzosa. 

Así que si quieres apoyar nuestro trabajo por el empoderamiento de las mujeres migrantes, refugiadas y desplazadas de todo el mundo; súmate a nuestro programa Mujeres en Marcha. Tu donación es vital para que este proyecto siga funcionando.