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La cultura como motor de acción climática: la COP30 integra por primera vez la Agenda Cultural

La cultura como motor de acción climática: la COP30 integra por primera vez la Agenda Cultural

En la COP30, la cultura ocupa un lugar central en la Agenda de Acción Climática, reconociéndose como un actor clave para movilizar a la sociedad civil, el sector empresarial y las comunidades locales en la lucha contra el cambio climático. Esta integración representa un avance histórico: es apenas la tercera vez que la cultura se debate en el marco de la Conferencia de las Partes y la primera vez que se incluye formalmente como parte de la agenda de acción.

 

La Agenda de Acción Climática: un marco para la movilización cultural


La Agenda de Acción reúne iniciativas voluntarias de gobiernos, empresas, ciudades, inversionistas y sociedad civil con el objetivo de acelerar la reducción de emisiones, promover la adaptación al cambio climático y facilitar la transición hacia economías sostenibles. La inclusión de la cultura en este marco reconoce su poder único para generar conciencia, inspirar cambios de comportamiento y fortalecer la resiliencia social frente a la crisis climática.

Durante la sesión liderada por la ministra de Cultura de Brasil, Margareth Menezes, se destacó que la cultura posee un potencial de movilización enorme. Las artes y la creatividad no solo comunican los retos climáticos, sino que también ofrecen soluciones narrativas y simbólicas que conectan directamente con la ciudadanía.

 

La cultura como actor político y climático


Claudia Roth, diputada y exministra de Cultura de Alemania, enfatizó que la cultura y el arte son voces de la democracia y deben ocupar un rol activo ante la crisis climática. La cultura tiene la capacidad de emocionar, criticar y movilizar, convirtiéndose en un instrumento político que impulsa la acción climática más allá de los discursos tradicionales.

El activista sudafricano Kumi Naidoo ilustró este enfoque a través de una performance simbólica, destacando que la lucha contra los combustibles fósiles —responsables del 86 % de las causas del cambio climático— requiere acciones inmediatas y un tratado vinculante que frene su expansión. Su llamado subraya la necesidad de que gobiernos, jóvenes, mujeres y pueblos indígenas sean escuchados en la formulación de políticas climáticas efectivas.

 

 

Amazonia: cultura, identidad y resiliencia


La primera dama de Brasil, Janja Lula da Silva, señaló que celebrar la COP30 en la Amazonia permite visibilizar la diversidad cultural y la realidad de sus pueblos. Integrar cultura y acción climática es reconocer la vida, identidad y resistencia de las comunidades locales, fortaleciendo la capacidad de la sociedad para generar soluciones innovadoras frente a los desafíos globales.

La participación del líder yanomami y activista climático Davi Kopenawa reforzó esta perspectiva. Kopenawa explicó que la relación entre tierra, naturaleza y cultura es fundamental para la supervivencia de los pueblos indígenas. Defender la lengua, la tierra y los saberes ancestrales constituye un acto de protección ambiental y cultural.

 

Arte y biodiversidad: la obra de Sebastião Salgado


La exposición Amazônia, del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, refleja la interconexión entre biodiversidad, clima y cultura. Sus imágenes documentan cómo los bosques amazónicos —con más de 32 billones de árboles— transportan agua y sostienen la vida en la región, mostrando que la conservación ambiental y la expresión cultural son inseparables.

El cineasta Juliano Salgado destacó cómo la obra de su padre permite comprender el papel crucial de la Amazonia como corazón ecológico del país, y cómo el arte puede sensibilizar y movilizar a las personas hacia la acción climática. La exposición, financiada con BRL 20 millones del Gobierno federal, se mantiene como un centro de cultura y ciencia en Belém, consolidando la conexión entre cultura y sostenibilidad.

 

Conclusión


La inclusión de la cultura en la COP30 no es solo simbólica, sino estratégica. Reconocer el poder de la creatividad, las artes y los saberes locales permite movilizar a la sociedad, fortalecer la democracia y generar soluciones efectivas frente al cambio climático. Cultura, identidad y acción climática convergen para construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo, donde la participación activa de artistas, activistas y comunidades locales transforma la narrativa ambiental en acción concreta.