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Tejiendo igualdad en red: el camino compartido hacia la transformación

Tejiendo igualdad en red: el camino compartido hacia la transformación

En Alboan creemos que no hay transformación social posible sin igualdad. Por eso, cuando acompañamos y trabajamos desde las redes a las que pertenecemos, como la Red Comparte, lo hacemos desde una convicción profunda: el enfoque de género no es una línea de trabajo más, sino una mirada que atraviesa todo lo que hacemos y todo lo que somos.

Este octubre participamos en el primer encuentro del grupo de género de la Red Comparte. Durante varios días compartimos experiencias y miradas con representantes de otras organizaciones miembros de la Red que, como nosotras, creen que la transformación social pasa por la igualdad y por poner la vida en el centro. Lo que está en juego es cómo nos relacionamos, cómo nos cuidamos y cómo construimos poder colectivo dentro y fuera de nuestras organizaciones.

 

Fortalecer el enfoque de género: una apuesta necesaria


El trabajo pro-equidad de la Red Comparte, de la que Alboan formamos parte, surge de una necesidad común: las organizaciones sociales con las que trabajamos enfrentan contextos de desigualdad estructural, en los que las mujeres y las diversidades siguen soportando la mayor carga de pobreza, exclusión y violencia.

Al mismo tiempo, reconocemos que dentro de las propias organizaciones —también en las nuestras— persisten dinámicas que reproducen esas mismas brechas de género: la sobrecarga de cuidados que recae en las mujeres, la menor presencia femenina en los espacios de decisión, o la dificultad para conciliar la vida personal con la laboral y comunitaria.

Por eso, fortalecer el enfoque de género significa mucho más que diseñar proyectos “para mujeres”. Supone abrir espacios de reflexión y transformación institucional, revisar nuestras prácticas cotidianas y promover relaciones más equitativas, cuidadosas y corresponsables. Supone, en definitiva, hacer coherente lo que defendemos con la manera en que nos organizamos.

Igualmente, desde la Red acompañamos a nuestras organizaciones aliadas con respeto, confianza y escucha. Sabemos que cada una parte de un punto distinto, con historias, contextos y desafíos propios. Nuestro papel no es decirles “cómo” deben hacerlo, sino caminar juntas para que cada una defina su propio horizonte de igualdad.

Así, el grupo de género se ha convertido en un espacio vivo, plural y profundamente político. Desde allí, mujeres de distintos países, territorios y sectores tejemos experiencias para construir un enfoque de género situado, que nace de la práctica y de la reflexión compartida.

 

Poner el cuidado en el centro


En ese proceso de revisión y aprendizaje colectivo, una palabra se ha ido abriendo paso como clave común: el cuidado. Hablar de cuidados no es hablar solo de gestos afectivos o de tareas domésticas. Es hablar de una forma de organizar la vida y la economía. De reconocer que todas las personas somos interdependientes y ecodependientes: necesitamos de otras personas y del entorno natural para vivir.

Desde una mirada feminista y ecofeminista, cuidar es una acción profundamente política. Es una práctica que sostiene la vida frente a los modelos de desarrollo que la destruyen, que prioriza los vínculos frente a la acumulación, y que reconoce los límites ecológicos del planeta. Cuidar implica cuestionar la división sexual del trabajo y la desigualdad que coloca sobre las mujeres —y especialmente sobre las más pobres, rurales o racializadas— el peso de sostener la vida sin reconocimiento ni derechos.

 


Por eso, poner el cuidado en el centro no es solo un cambio discursivo, sino estructural. Implica reorganizar los tiempos, los presupuestos y las prioridades para que la sostenibilidad de la vida —humana y no humana— sea el eje de nuestras decisiones. Significa pensar las organizaciones como espacios vivos que también necesitan cuidados: cuidar a quienes las integran, cuidar las relaciones entre ellas, cuidar el vínculo con los territorios y con la naturaleza que nos sostiene.

Esta mirada se conecta de manera natural con las propuestas de la economía social y solidaria, que promueven modelos productivos centrados en las personas, en la cooperación y en el respeto a la naturaleza. Una economía que, como el ecofeminismo, se pregunta no solo por la eficiencia o la rentabilidad, sino por la justicia y la sostenibilidad.

En esta línea, durante el encuentro tuvimos además la oportunidad de visitar una comunidad acompañada por organizaciones aliadas de la Red Comparte y conocer de cerca el emprendimiento de Agroferia, una iniciativa económica comunitaria que se dedica a la producción y comercialización de productos lácteos. Fue inspirador ver cómo su liderazgo femenino, encabezado por Claudia, ha orientado el trabajo hacia una estrategia con un marcado sentido social: una parte de los ingresos se destina a un fondo de emergencia comunitario, que permite apoyar a familias en situaciones difíciles. Esta experiencia concreta nos recordó que los cuidados y la solidaridad no son solo principios éticos, sino también prácticas económicas transformadoras, capaces de sostener la vida y fortalecer los vínculos colectivos.

 

Transformar desde dentro para transformar fuera


Trabajar el fortalecimiento institucional con enfoque de género es una forma de tejer coherencia entre lo interno y lo externo, entre lo que hacemos y lo que somos. Sabemos que las grandes transformaciones sociales no se construyen sólo desde los proyectos o los discursos, sino desde la vida cotidiana de las organizaciones: en las reuniones, en la forma en que tomamos decisiones, en cómo distribuimos los tiempos o en cómo cuidamos a las personas que sostienen los procesos. 

Consecuentemente, desde Alboan y la Red Comparte queremos seguir impulsando procesos que combinen reflexión, práctica y cambio real. Procesos que atraviesen las estructuras y las culturas organizativas, y que al mismo tiempo fortalezcan a las mujeres, en todas sus diversidades, como protagonistas de la transformación.

En un contexto global donde los discursos antigénero y los retrocesos en derechos están ganando terreno, seguir apostando por la igualdad es un acto de resistencia. Es una decisión política y ética. Trabajar por el fortalecimiento del enfoque de género no es un añadido técnico ni una moda institucional: es una forma de afirmar que queremos otro modelo de sociedad, basado en la justicia, la corresponsabilidad y el cuidado mutuo.

Por eso, desde Alboan seguiremos trabajando junto con el resto de organizaciones que componen la Red Comparte. Lo haremos con humildad, con escucha y con compromiso. Porque creemos que solo una cooperación que se deja transformar por la igualdad puede contribuir realmente a transformar el mundo.