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La solución de las campesinas

Mujeres que transforman su entorno desde la cooperativa Inyishu Ku Barimyi, en Burundi.
La solución de las campesinas

Bonosse está cansada. Ya es sábado y la semana se nota… Hoy pensaba descansar, pero la llamada de Anatolie, la coordinadora de CAFOB, anoche a última hora, ha truncado sus planes. Tiene que trabajar, y además, esta vez lejos de casa: la animadora de la colina de Maramvya ha estado con malaria toda la semana y toca sustituirla. Por suerte, Joseph, el conductor de CAFOB, está disponible para llevarla. De lo contrario, habría tenido que tomar un autobús de Giheta a Bujumbura para hacer noche y, de ahí, buscarse la vida al punto de la mañana para encontrar uno de los pocos autobuses disponibles en sábado que unen la capital con la comuna de Mutimbuzi, a unos 15 km al norte.

Durante el viaje —una montaña rusa de escarpadas colinas salpicadas de campos de té, café y bananeras— Bonosse intenta evitar la charla banal de rigor con Joseph leyendo los apuntes que anotó anoche en su agenda durante la conversación telefónica con Anatolie. Al parecer, hoy es un día importante en la colina de Maramvya, donde Alboan y sus organizaciones aliadas, INADES y CAFOB, colaboran desde hace años con la cooperativa Inyishu Ku Barimyi: su grupo de mujeres de la Escuela de Liderazgo Transformador (ELTDF), formado por más de cien campesinas madres de familia, va a debatir qué proyectos presentarán definitivamente al Banco de Inversión y Desarrollo de la Mujer (BIDF).

Esta institución, de reciente creación por parte del gobierno burundés, promueve actividades generadoras de ingresos diseñadas y gestionadas directamente por grupos de mujeres en todo el país. Su funcionamiento es sencillo: las cooperativas presentan proyectos —en su mayoría de producción, transformación y venta de productos agrícolas o ganaderos—, y el BIDF selecciona los más viables y sostenibles, otorgándoles créditos en condiciones más ventajosas que la banca convencional.

Sin embargo, para que todo esto sea posible, es necesario un trabajo de acompañamiento continuado a estos grupos de mujeres y a las cooperativas en las que se enmarcan. Y ahí entra el trabajo conjunto de Alboan y sus organizaciones aliadas, reforzando capacidades locales sobre el terreno:

  • INADES pone los cimientos con sus formaciones para empoderar a las mujeres en la gestión de la explotación familiar y en su participación en espacios de decisión cooperativos y comunitarios. Además, promueve una mayor producción mediante el uso de semillas autóctonas, biopesticidas y abono orgánico, y diversifica las fuentes de ingresos del campesinado mediante la transformación y venta de la producción.
  • CAFOB, por su parte, gestiona los grupos ELTDF. Para ello emplea a Bonosse y a sus compañeras, las otras seis animadoras de grupos en diferentes comunas del país. Todas ellas, dinámicas mujeres jóvenes locales, respetadas y valoradas en sus comunidades, despiertan la conciencia de grupo entre las mujeres, las introducen en el conocimiento de sus derechos y las animan a reclamar ante sus maridos y las autoridades locales en caso de amenazas o violencia. Desde hace un año, además, asesoran a las mujeres en el desarrollo de sus pequeños negocios y las acompañan en el proceso de selección de los proyectos comerciales que se van a presentar al BIDF. En este último año, hasta once proyectos se han presentado, y el BIDF ya ha aprobado la financiación de seis propuestas procedentes de las mujeres campesinas de la ELTDF.

Casi llegando a Maramvya, ya dejada atrás Bujumbura, Bonosse escruta por el cristal la carretera que corre paralela a la Plaine de la Ruzizi, el río que hace de frontera natural con la República Democrática del Congo. Joseph se afana por conducir entre una multitud de gente que se agolpa en los arcenes y, por fin, dice algo que llama su atención: —Son los congoleños de los que hablan las noticias… Están huyendo de la guerra de Goma. Están cruzando por la Plaine; llevan ya meses entrando por aquí a Burundi. No sé dónde estarán metiendo a esta pobre gente…

Nuestra animadora no busca respuesta a la pregunta —seguramente retórica— de Joseph. Hoy debe centrarse en ayudar a un grupo de campesinas a conseguir uno de sus sueños: recibir financiación del BIDF para uno de sus proyectos. Maramvya es conocida por su arroz, pues las marismas de la Plaine son el hábitat perfecto para este cultivo; Bonosse está segura de que el proyecto elegido será sobre transformación, embalaje y venta de arroz… Pero, ¿y si el arroz descortezado se paga mejor? ¿Y si el transporte a Bujumbura es demasiado caro? ¿Y si no se puede vender en el Congo por la guerra, ni en la vecina Ruanda por el cierre de fronteras terrestres con Burundi?

Bueno, quizá no sean cuestiones menores… En cualquier caso, Bonosse está convencida de que entre todas encontrarán soluciones. No en vano están en la cooperativa Inyishu Ku Barimyi, que en kirundi significa La solución de las campesinas.
 

Alboan en Burundi

Alboan colabora desde hace más de 15 años con organizaciones locales como INADES y CAFOB en el fortalecimiento del liderazgo de las mujeres rurales de Burundi. A través de procesos de formación, acompañamiento y creación de cooperativas, las campesinas desarrollan proyectos productivos sostenibles que les permiten mejorar sus ingresos, participar en la toma de decisiones y transformar sus comunidades desde dentro.

 

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