Global Peace Index 2025: cuando la paz se convierte en excepción

¿Recuerdas la última vez que sentiste que el mundo estaba en calma? Probablemente no. El Global Peace Index 2025 confirma lo que muchos y muchas ya percibimos: el mundo está dejando de ser un lugar pacífico. Llevamos 13 de los últimos 17 años retrocediendo en niveles de paz. Y 2025 no es la excepción. Es otro año en rojo.
Hoy, hay 59 conflictos armados activos en el mundo, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial, y tres más que el año pasado. No es una estadística menor: son decenas de millones de vidas atrapadas entre armas, miedo y fronteras cerradas.
Este informe no es solo una lista de cifras. Es el mapa de una humanidad en tensión constante. Detrás de cada dato hay personas desplazadas, familias fracturadas, recursos desviados a la guerra en lugar de a la vida. Y sí, el precio es alto: casi 20 billones de dólares al año. Más de $2.400 por persona. La paz, al parecer, es demasiado cara para algunos y algunas.
La fractura se extiende
Imagina un planeta donde 98 países están involucrados, directa o indirectamente, en conflictos fuera de sus fronteras. Donde los acuerdos de paz ya no son la salida más común, sino una rareza. Donde solo 4 % de las guerras terminan en acuerdos negociados. Es el mundo en el que vivimos.
Hay más conflictos, más armas, más polarización. Y aunque algunos titulares se centran en Ucrania o Gaza, lo cierto es que hay fuegos encendidos en decenas de rincones invisibles del mapa. En 17 países murieron más de 1.000 personas en conflictos internos solo en 2024.
«El mundo no solo es menos pacífico. Es menos capaz de construir paz.»
Cuando la violencia se convierte en gasto estructural
Una parte del informe hiela la sangre: el coste de la violencia ya representa el 11,6 % de toda la economía mundial. ¿Te lo imaginas? Uno de cada diez dólares del PIB global se pierde en guerras, armas, seguridad, reconstrucción.
Y mientras los presupuestos militares crecen, la inversión en construcción de paz y prevención ha caído un 26 % desde 2008. Como si hubiéramos olvidado que es más barato —y más humano— evitar una guerra que reconstruir sus ruinas.
El nuevo desorden global
El equilibrio de poderes ya no existe. Lo que domina ahora es la fragmentación. Hay 34 países con poder de influencia internacional, casi el triple que durante la Guerra Fría. Pero más poder no ha traído más orden. Al contrario: la competencia entre grandes y medianas potencias alimenta conflictos regionales y tensiones globales.
Y en medio de este tablero roto, el gasto en defensa alcanza cifras récord. La carrera armamentística ya no es solo de tanques: ahora se libran batallas tecnológicas con drones, ciberarmas y satélites.
¿Hay esperanza? Sí, pero hay que invertir en ella
El informe insiste en una idea clave: la Paz Positiva. No es solo la ausencia de guerra, sino la presencia de justicia, instituciones sólidas, acceso a información veraz, oportunidades para cada persona y la construcción de una ciudadanía global. Una ciudadanía en la que cada persona sienta que la vulneración de derechos humanos en el mundo también tiene que ver con ella misma y por tanto tiene la responsabilidad de comprometerse con su defensa.
Los países con altos niveles de Paz Positiva tienen mejor crecimiento económico, más resiliencia y menor desigualdad. Pero estos niveles también han empezado a caer, incluso en regiones históricamente estables como Europa o América del Norte.
La paz no es automática. Se construye. Y se invierte. O se pierde.