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Joseba Lazcano SJ, in Memoriam

El padre Joseba Lazcano SJ falleció el pasado 17 de abril a los 88 de edad. Joseba fue un hombre comprometido con la misión educativa de justicia social. Tanto en Venezuela y Ecuador será recordado por su entrega y dedicación a la formación del personal de Fe y Alegría y por meterse de lleno en los archivos para reconstruir la historia del Movimiento y contarla en varias publicaciones.

 

De entre ellas destacan: “De la chispa al incendio. La historia y las historias de Fe y Alegría”, (1999); “Fe y Alegría, Un Movimiento con Espíritu” (2013); “José María Vélaz, jesuita. Pasión, conflicto y lealtad” (2017); y “Abraham y Patricia Reyes, santidad de pueblo con fe y con alegría” (2022): Esta obra hace justicia al rol de las personas laicas en el nacimiento de Fe y Alegría y en especial, lo imprescindible de la acción de las mujeres a través de la figura de Patricia y las Patricias.

 

En las memorias que Joseba Lazcano escribió el día en que cumplía 85 años y que tituló “Confieso que he sido feliz”, comienza definiéndose como un “muchacho bueno”. Si bien pretendía   referirse a las primeas etapas de su vida, es evidente que siempre fue un muchacho bueno, desbordante de juventud a pesar de los años, jovial, sencillo, muy servicial capaz de subrayar siempre las bondades de las personas más que sus sombras o defectos.

 

Pasión por Fe y Alegría

A los 19 años ingresó en el Noviciado de Loyola con gran entusiasmo y alegría. Y después del mes de Ejercicios Espirituales, solicitó ser enviado a Venezuela. Continuó sus estudios en Colombia, donde sufrió profundamente de una profunda “soledad afectiva”.

 

De regreso a Venezuela fue enviado al colegio Gonzaga de Maracaibo, donde vivió algunos de los mejores años de su vida. Allí fue fraguando su opción social.

 

Estudió teología en Roma, a donde llegó al día siguiente de la inauguración del Concilio Vaticano Segundo. Asistió con creciente interés y preocupación a las pugnas conciliares entre los que buscaban que la Iglesia se abriera más al mundo y los que la querían encerrada en sí misma. Terminados sus estudios de teología, estudió Sociología en la Universidad de Deusto, en Bilbao, estudios que profundizarían en la necesidad de una iglesia más comprometida con las necesidades de una profunda transformación social y opción por los pobres.

 

A su regreso a Venezuela, fue miembro fundador del Centro Gumilla, que se comprometía por una profunda transformación política y social de Venezuela. Posteriormente se integró en Fe y Alegría. El conocimiento profundo de Fe y Alegría, tanto en Venezuela como en Ecuador, y el palpar la entrega y generosidad con que muchos vivían y viven su vocación de servicio, “verdaderos héroes de la resistencia”, fue alimentando su amor cada vez mayor a Fe y Alegría que se convirtió en pasión.