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¿Quién controla la inteligencia artificial y qué precio estamos pagando?

¿Quién controla la inteligencia artificial y qué precio estamos pagando?

La inteligencia artificial avanza a una velocidad vertiginosa. Escribe textos, genera imágenes, responde como si comprendiera emociones humanas. Pero en medio de esta fascinación tecnológica surge una pregunta incómoda y urgente: ¿quién decide realmente cómo funciona la IA y a quién beneficia?

En el podcast A contracorriente de Alboan, la ingeniera informática Lorena Fernández y el filósofo Javier Martínez analizan el lado menos visible de la inteligencia artificial: sus sesgos, su impacto ambiental, su poder político y el riesgo de delegar nuestro pensamiento crítico en algoritmos que nunca nos contradicen.

 

La inteligencia artificial no es neutral


Uno de los grandes mitos que rodean a la tecnología es la idea de que es objetiva y neutral. Sin embargo, la inteligencia artificial está diseñada por personas, entrenada con datos históricos y orientada por intereses económicos y políticos.

“Pretender que la tecnología es neutral es pensar que está diseñada por ángeles, sin intereses, sin cultura y sin historia.”

Los algoritmos aprenden de datos que reflejan sociedades desiguales. Por eso, los sesgos algorítmicos no solo reproducen discriminaciones de género, raza o clase, sino que pueden amplificarlas a gran escala.

 

Tecnofeudalismo: el nuevo modelo de poder


El episodio introduce un concepto clave para entender el presente digital: el tecnofeudalismo. Un sistema donde unas pocas corporaciones controlan los datos, los algoritmos y la infraestructura tecnológica, mientras la ciudadanía aporta valor sin propiedad ni control.

  • Los usuarios generan datos de forma constante
  • Las empresas concentran poder económico y simbólico
  • Las decisiones algorítmicas no son transparentes ni recurribles

Este modelo genera lo que Javier Martínez define como un oligopolio del pensamiento: quien controla la tecnología controla qué historias se amplifican y cuáles quedan fuera.

 

Sesgos algorítmicos y pérdida de pensamiento crítico


La inteligencia artificial generativa se presenta como cercana, amable y empática. Este diseño no es casual. Genera confianza, dependencia y lo que se conoce como sesgo de automatización: dejamos de cuestionar las respuestas porque “la máquina sabe”.

En el episodio se exponen ejemplos inquietantes:

  • Chatbots utilizados como terapeutas emocionales
  • Respuestas falsas presentadas con total seguridad
  • Delegación del duelo, el criterio y la reflexión personal

“Cuando dejamos que un algoritmo nos diga lo que queremos oír, dejamos de pensar lo que necesitamos pensar.”

 

El impacto ambiental oculto de la inteligencia artificial

La llamada “nube” no es etérea. La inteligencia artificial se sostiene sobre centros de datos gigantescos con un impacto ambiental creciente.

  • Para 2030, los data centers podrían consumir el 5% de la electricidad mundial
  • El consumo de agua equivale al de países enteros
  • Minerales como el coltán están vinculados a conflictos armados
  • Generación masiva de residuos electrónicos tóxicos

Cada interacción con la IA tiene un coste energético, hídrico y humano que rara vez se visibiliza.

 

¿Hay alternativa? Ética, regulación y uso consciente

El episodio no plantea un rechazo a la tecnología, sino una llamada clara a regular, auditar y usar la inteligencia artificial de forma frugal. La regulación no frena el progreso: lo orienta hacia el bien común.

Antes de adoptar cualquier sistema de IA, deberíamos hacernos una pregunta fundamental:

“¿Qué problema resuelve esta tecnología y para quién?”

 

Conclusión: el futuro no lo escriben los algoritmos

La inteligencia artificial puede ser una herramienta para mejorar la vida colectiva o un espejo que amplifique nuestras sombras. La diferencia no está en la máquina, sino en nuestra capacidad de pensar críticamente, exigir responsabilidades y decidir de forma colectiva.

El futuro no debería ser escrito solo por algoritmos, sino por personas capaces de cuestionarlos.

Escucha el episodio completo de A contracorriente y súmate a la reflexión sobre el mundo digital que estamos construyendo.