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Fe y Alegría Venezuela. Amazonas: Cuidar la Casa Común

Fe y Alegría Venezuela

La Amazonía es una región formada por nueve países con territorio en la cuenca del río Amazonas: Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Perú, Guayana, Guyana Francesa y Surinam. La Federación Internacional Fe y Alegría lleva tiempo trabajando para ofrecer lo mejor de sí misma  a las comunidades de esta región tan extensa, y lo hace coordinandose con el Servicio Jesuita a la Panamazonía, SJPAM, y la Red Xavier entre otras organizaciones. En 2017, tras un  proceso de investigación previo, la Federación consiguió identificar los 3 ejes que están marcando su hoja de ruta para el trabajo a desarrollar en la región de la mano del  proyecto educativo: Amazonas: Cuidar la Casa Común, que se desarrolla  en varias escuelas de Fe y Alegría en la región: educación intercultural; educación bilingüe; cuidado del medio ambiente.

 

Dicho proyecto se está desarrollando de manera coordinada en Venezuela, Perú, Ecuador, Brasil, Bolivia y Guyana. ALBOAN asumió el encargo de la Red Xavier, red internacional de organizaciones jesuitas para el desarrollo, de acompañar y apoyar esta iniciativa de la Federación Internacional Fe y Alegría y Servicio Jesuita a la Panamazonía.

 

Elluz Pernia, profesora en Fe y Alegría-Venezuela: “Queremos conseguir que el alumnado reconozca y valore su propia cultura”

Al igual que el resto de “compañeras de viaje” Fe y Alegría-Venezuela está trabajando los ejes mencionados. Charlamos con Elluz Pernia acerca cómo está resultando la experiencia.

 

¿Qué implica para el equipo de Fe y Alegría en Amazonas trabajar con una perspectiva intercultural?

Las comunidades indígenas de la Amazonía venezolana han sido absorbidas durante siglos por la cultura occidental y criolla.  Fe y Alegría siempre se adapta al medio en el que desarrolla su actividad, es decir se adecúa al país, región, pueblos y comunidades con los que colabora, respetando las culturas locales y sus características y necesidades concretas.

 

¿Resulta complicado formar al profesorado en las lenguas locales?

Consideramos que es fundamental garantizar el derecho de las poblaciones indígenas a recibir educación. No se trata únicamente de traducir libros de texto a la lengua local, es mucho más que eso.  Queremos conseguir que el alumnado reconozca y valore su propia cultura, que históricamente ha sido menospreciada por perspectivas colonialistas. Para Fe y Alegría es fundamental que el personal docente no indígena aprenda la lengua local. Pero cuando hablamos de lengua local, no nos referimos a un único idioma, ya que es una zona en la que conviven muchos y muy diversos grupos étnicos. La idea es que puedan conversar con sus alumnos y alumnas para ir incorporando la lengua materna del alumnado y que vean que su idioma tiene valor, ya que hasta ahora lo vivían con cierto complejo.

 

¿Hay profesorado indígena participando en el proyecto?

En las nuestras escuelas sólo el 17- 20% del profesorado es indígena, aunque se espera que esta proporción vaya aumentando, ya que cada vez más jóvenes finalizan su bachillerato y deciden formarse para ser profesores y profesoras y se reintegran en sus propios centros, recibiendo en todo momento asesoramiento y acompañamiento de la escuela.

 

¿Cómo se aborda el trabajo de educación medioambiental?

La Amazonía es una zona que debe ser protegida ya que su deterioro compromete tanto la vida de los pueblos que la habitan, como del resto del planeta. La propuesta de educación medioambiental que planteamos desde Fe y Alegría consiste en involucrar a toda la comunidad, y no sólo a sus estudiantes. En esta región los y las jóvenes dejan sus estudios para trabajar en las minas de oro. Queremos que vean que en la agricultura hay futuro, hay fuente de vida y posibilidades de empleo. En la escuela les enseñamos a trabajar la tierra sembrando conucos -término indígena para nombrar el lugar donde se siembran los alimentos-. Aprenden a limpiar el terreno, a seleccionar productos para la cosecha. Se les anima a replicar la experiencia en sus casas, junto a sus familias y a poner en marcha pequeñas cosechas de hortalizas, yuca, maíz. Luego desde la escuela organizamos visitas a los domicilios para ver cómo marcha el conuco. De esta manera las familias se sienten motivadas y se animan a continuar con la experiencia y cosechar sus productos para consumo familiar y para  intercambiar con sus vecinos.

Esta propuesta medioambiental tiene además una vertiente directamente relacionada con el desarrollo de mentalidad crítica. Una parte importante del trabajo en educación ambiental consiste en que los y las jóvenes reflexionen con sentido crítico acerca del trabajo en las minas. Para ello se han entrevistado con los y las ancianas de sus comunidades para conocer cómo era el lugar antes de que comenzaran las explotaciones mineras. Antes el lugar era más bello, más limpio, se podía beber el agua. También  han entrevistado a los mineros para preguntar en qué consiste el trabajo. Uno de los ejercicios consiste en indagar acerca de la  Ley Orgánica de los Pueblos Indígenas de Venezuela, de esta manera aprenden que existen mecanismos legales que les amparan a la hora de defender su cultura, su forma de vida y su medioambiente y que no están obligadas a ceder sus territorios a las explotaciones mineras.

 

Elluz, ¿cómo intuyes que será el futuro para Fe y Alegría-Venezuela en la Amazonía?

Creo en el proyecto. Me emociona ver cómo funciona el equipo, cómo los centros se involucran con la comunidad educativa y buscan soluciones a los problemas concretos. Hay una gran motivación y compromiso y eso es lo que hace que el futuro sea positivo.