Jesuitas por la Justicia Climática Campaña SB62 y COP30

La crisis climática ya no es una amenaza lejana. Es una realidad que golpea con fuerza, especialmente a las comunidades más vulnerables del planeta. Tormentas extremas, sequías prolongadas, subida del nivel del mar y el colapso de ecosistemas esenciales están afectando directamente a los medios de vida de millones de personas. Esta desigualdad climática refleja un modelo de desarrollo que ha priorizado el beneficio económico a corto plazo sobre el cuidado de la Casa Común.
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) lanza una advertencia clara y urgente: «se está cerrando rápidamente una ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos». No hay tiempo que perder. En este contexto, la COP30 representa una cita clave para la comunidad internacional. Se trata de una oportunidad decisiva para que gobiernos, instituciones y ciudadanía den un paso firme hacia políticas que pongan en el centro la justicia climática y los derechos humanos.
Desde el Secretariado de Justicia Social y Ecología se realiza un llamamiento a los delegados y delegadas de la COP30, y a todos los responsables políticos para que escuchen el clamor de la tierra y el grito de los más vulnerables. Estas son las propuestas clave para avanzar hacia la justicia climática:
- Cancelar la deuda y reforzar el Fondo de Pérdidas y Daños. Las deudas injustas e impagables de los países más empobrecidos deben ser canceladas para liberar recursos que se destinen a la adaptación y mitigación del cambio climático. Además, es esencial establecer un Fondo de Pérdidas y Daños basado en subvenciones que responda eficazmente a los impactos climáticos ya existentes.
- Acelerar una transición energética justa. Es urgente avanzar en acuerdos y compromisos ambiciosos que garanticen una transición energética equitativa. Esta debe respetar los derechos de los pueblos indígenas, reconocer las responsabilidades históricas, proteger la naturaleza y priorizar medios de vida sostenibles frente al beneficio económico inmediato.
- Impulsar un sistema global de soberanía alimentaria. Apostamos por prácticas agroecológicas que fomenten modos de producción, transformación, distribución y consumo alimentario sostenibles y culturalmente adecuados. Necesitamos una agricultura que cuide la tierra y a las personas, y que garantice el derecho a la alimentación para todas y todos.
El proceso de la COP es imprescindible para avanzar a nivel internacional en la lucha contra la crisis climática.
Lee aquí el informe: