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Voluntariado. ¡Bendita locura adolescente!

Aída

Aída García Orio comenzó su voluntariado en Alboan hace ya cinco años, cuando se animó a participar en una de las actividades de la Red de Jóvenes-Gazte Sarea. Recientemente se ha incorporado al equipo de personal contratado por nuestra entidad.

 

¡Bendita locura adolescente! Por Aída García Orio

Mi nombre es Aida, tengo casi 25 años, soy bilbaína y profesionalmente me dedico a la educación y la intervención social. Actualmente, desde hace una semanitas, trabajo en Alboan en el proyecto Mujeres en Marcha pero mi vínculo con la entidad se remonta a hace más de cinco años, cuando empecé de voluntaria en la Gazte Sarea. Pero ¿Cómo conocí la entidad?

Durante mi trayectoria universitaria tuve la suerte de coincidir con dos compañeras, que desde el primer momento se convirtieron en amigas. Ambas, llevaban varios años como monitoras y asistentes a los encuentros de la Red de Jóvenes y siempre hablaban maravillas de ello: "Este fin de semana nos vamos con el resto de monitorado a organizar el encuentro" "El tema con el que estamos trabajando es la Tecnología Libre de Conflicto" "Vaya risas con las coordinadoras en la reunión"- solían comentarme. Y reconozco que se me ponían los dientes largos.

Desde bien pequeña había tenido claro que quería dedicarme a algo vinculado al acompañamiento social, la cooperación y la diversidad, pero mis experiencias de voluntariado anteriores no habían tenido ni color con lo que fue mi primer acercamiento a Alboan. Un día en clase me comentaron que necesitaban apoyo para un Webquest que iban a hacer en la universidad de Deusto, y sin saber que quería decir ese palabro, dije que sí. ¡Bendita locura adolescente!

Llegó el día y reconozco que estaba nerviosa, pero mis dotes de actriz me ayudaron a disimularlo. No tenía ni idea de qué iba a hacer allí, ni de toda la gente que estaría allí presente, todos los temas sociales que se trabajarían, ni mucho menos de que me iría a casa con una nueva sudadera naranja y un móvil roto. ¡Vaya aventura! Fue un día cargado de risas, de aprendizajes y de amistad, y el comienzo de algo que sigue ocurriendo. Los nervios y el entusiasmo hicieron que mi regalo de reyes se precipitara al baño y se estropeara para siempre, pero me llevé tantas cosas bonitas de ese evento, que eso se ha quedado como una anécdota con la que todas nos reímos a carcajadas siempre que la recordamos.

Aída, a la derecha, durante el webquest que tuvo lugar en la Universidad de Deusto en noviembre de 2016.

 

A partir de ese primer momento, el color naranja ganó otro significado en mi vida, y participé en mil espacios diferentes. Así, echando la vista atrás deprisa y corriendo, he estado en más de tres encuentros de la Gazte Sarea, en encuentros de voluntariado, en las comidas solidarias, en numerosas charlas y formaciones, he escrito varios artículos... Ah y he compuesto con otra compañera voluntaria la canción "Somos Marea" como agradecimiento a todas las personas que hacen que toda esta magia ocurra y se mantenga en el tiempo.

Puede que cuando escribo sobre mi paso por la ONG todo suene a cuento de hadas, pero es que se me hace imposible visibilizar todo lo que he recibido en estos años sin que se dibuje en mi cara una sonrisilla de medio lado. Cariño, abrazos, ataques de risa, lloros, alegrías, tristezas... Todo tipo de emociones y vivencias han pasado por mi vida gracias a Alboan. Y, sin duda, me he reafirmado infinitas veces de que esta es mi vocación y mi camino, y quiero dedicarme a ello el resto de mi vida.

Por si esto fuera poco, he tenido la oportunidad de escuchar y conocer a auténticas lideresas y líderes internacionales que trabajan en sus continentes de origen con poblaciones minoritarias, defienden a la Madre Tierra, luchan por los derechos de la infancia o por visibilizar las violencias sexuales, entre otras casuísticas. Asimismo, he compartido experiencias con gente de diferentes lugares del país, de diferentes asociaciones y con diferentes historias, y he hecho amistades de las de verdad.

No sé muy bien por qué decidí ser voluntaria ni lo que yo he podido aportar a Alboan, pero me alegro de haber tomado la decisión, porque siento que en todo este viaje he crecido como persona y como profesional, y he creado una red de conocimientos y personas que de otro modo no hubiera sido posible.

Igualmente, gracias a mi paso por el voluntariado, me han brindado la posibilidad de trabajar en la entidad en un proyecto que entrelaza los dos temas que más me llaman la atención y me preocupan: las migraciones y las desigualdades de género, hecho que sin conocer la organización y compartir experiencias no hubiera sido posible.

A modo de resumen, solo puedo decir que estoy agradecida a todos los niveles y en todas las direcciones por lo vivido y lo que queda por vivir y citando la canción que compusimos:"Y como amigas, desafiaremos vientos, tormentas, huracanes, sombras traicioneras, pues juntas somos marea".