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Patrocinio Comunitario: el pan es la esencia

Patrocinio Comunitario

Por Nerea Aginako, técnica de Patrocinio Comunitario de Alboan

 

La familia acogida, formada por madre, padre y 3 hijas e hijos, llegó hace ahora un mes desde Siria junto a otras familias que forman parte del programa de Patrocinio Comunitario Auzolana II. Hablamos de 5 familias que hoy en día residen en Zalla (2), Donostia, Tolosa y Vitoria-Gasteiz, ciudad donde se encuentra esta familia.

 

Antes de su llegada el equipo de Patrocinio Comunitario, conformado entre compañeras de la Fundación Ellacuria de Bizkaia, Loiola Etxea de Gipuzkoa y Alboan desde Álava y coordinado por la F. Ellacuria, llevaba ya un trimestre de trabajo, creando redes, acercando el programa a las comunidades, creando hogares y espacios de convivencia, grupos de apoyo, etc.

 

Para el día de su llegada, y gracias a las personas que se han sumado a la iniciativa, pudimos amueblar y acondicionar con donaciones y aportes propios el piso donde residen. 

 

A dos semanas de su llegada obtuvimos las llaves de un piso muy luminoso pero totalmente vacío y sin suministros dados de alta. En ese poco tiempo y con ayuda de muchas personas creamos un hogar cálido y hospitalario. Parece mentira, pero ¡lo hicimos! 

 

Una vez establecida la familia, el programa procura un acompañamiento continuado a lo largo de dos años en los que se va desarrollando una red de apoyo cercana con la colaboración de un grupo de voluntariado y distintas organizaciones vinculadas directamente con la familia como son la escuela, el centro cívico del barrio, la asociación de vecinas y vecinos, etc. 

 

Estos procesos requieren de comunicación, confianza y tiempo en el que vamos construyendo camino a medida que la familia expresa sus necesidades y deseos. 

En este mes hemos estado reforzando el acceso a la escuela. A un mes y medio de terminar el curso escolar, el acceso a la escuela, su vinculación a ella, el manejo de los servicios escolares, la normativa escolar, la adaptación de la chica y los chicos... son fundamentales en vista del próximo curso escolar y para su propio proceso de vinculación. La escuela a su vez, está atendiendo desde muy cerca las necesidades emocionales de la familia. Aunque ha sido un proceso complicado para la familia, a día de hoy se sienten muy contentos y felices en el entorno escolar.  A partir de aquí, establecemos el centro escolar como eje central para el desarrollo de las demás áreas. 

 

En el acceso a derechos, vamos consiguiendo poco a poco la documentación. Es la familia quien va solicitando cada trámite con la  ayuda de nosotras y las voluntarias. Aún con el derecho de refugio, la relación en las distintas administraciones en muchos casos es complicada, con la ansiedad que esto acarrea a la familia. Por eso intentamos ir paso a paso, asegurándonos que contamos con toda la documentación y acreditación para que los trámites de manera ágil.

 

En el área ocupacional desde la cooperativa alavesa UDAPA ya nos han asegurado la colaboración e implicación con la familia.

 

Durante este mes la familia ha planteado reiteradamente la necesidad de hacer pan sirio. En gran parte el poder obtener pan sirio era más importante que cualquiera de las áreas mencionadas. En un inicio intentamos solventarlo mostrándoles tiendas de alimentación halal donde venden productos sirios, panaderías, supermercados con ingredientes para hacer pan.... El poder hacer pan en casa a su vez, les creaba ansiedad, ya que saben que el uso del horno eléctrico sube mucho la factura de la luz. Así, la familia continuaba hablando del pan sirio, dándonos cuenta que el pan, más que una necesidad básica era una necesidad emocional a la que debíamos atender. 

 

Yo vivo en un pueblo cercano a Vitoria-Gasteiz, donde cada dos semanas nos juntamos unas vecinas en un horno de leña y hacemos pan. Hacemos pan para dos semanas y sobre el medio día se acercan más vecinas y vecinos, y compartimos la hora del almuerzo, nosotras ponemos el pan y las demás personas traen comida y bebida y a veces aprovechando el calor del horno, horneamos algo. Hablando con una de mis vecinas, le comenté esta necesidad de la familia por poder hacer pan y como es un aspecto importante en su sanación. 

 

A partir de la escucha de las necesidades sentidas, hemos creado la conexión para que la familia forme parte del horno de leña. El sábado que viene comienzan a hacer pan sirio en compañía de otras personas también amantes de la masa. 

 

La semana pasada acudimos con el padre de la familia en autobús para que pueda conocer el camino y el lugar donde comenzarán a hacer pan. Cuando el padre de la familia vio el pueblo, el entorno agrícola y la estructura comunitaria, pudimos ver como de inmediato algo cambió en él. De repente se relajó, comenzó a respirar y pudimos sentir como algo en él se sanó. Al día siguiente, cuando me encontré con toda la familia, pude sentir lo mismo en todas y todos, el padre les había contado lo que vio en el pueblo, y su relato aún cuando ellos todavía no han estado allí, les ha servido para sanar.

 

El pan es aquí la propia esencia del programa de Patrocinio Comunitario, donde las personas están en el centro, y las redes comunitarias generan salud mental, bienestar emocional y transforman la sociedad. 

 

De aquí a un mes, las vecinas y vecinos de Zigoitia estaremos comiendo pan sirio, y de aquí a un año, ¿en todo Araba?

 

Si quieres apoyar a las personas refugiadas, participa este domingo, 19 de junio, en la marcha solidaria que organizamos desde Caminos de Hospitalidad. Cálzate las zapatillas ¡y a caminar! Inscríbete en: https://bit.ly/CaminosdeHospitalidad

 

Y también puedes colaborar económicamente: