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Patrocinio comunitario: Comunidades de hospitalidad y acogida

Patrocinio Comunitario

La iniciativa de Patrocinio Comunitario, cuyo origen se sitúa en Canadá hace varias décadas, tiene como objetivo poner en contacto a personas locales con población refugiada. Se trata de una invitación  a involucrarse y acompañar de manera activa a una familia o persona refugiada y supone una oportunidad para crear comunidades de hospitalidad y acogida, tan necesarias en nuestro entorno cercano. Alboan colabora en esta experiencia de la mano de Fundación Ellacuria, Loiolaetxea, Centro Lasa y Cáritas. Se trata así pues de una firme apuesta del sector social de la Plataforma Apostólica de Loyola de la Compañía de Jesús.

 

Somos tierra de acogida

La familia de origen sirio que forma parte del programa de Patrocinio Comunitario de Alboan en Vitoria-Gasteiz, está formada por madre, padre y tres menores. Llegaron desde el Líbano junto a otras familias reasentadas el pasado mes de mayo. Todas ellas forman parte del programa de Patrocinio Comunitario Auzolana II. En total  5 familias participan de esta experiencia piloto: 2 en Zalla, y una en Donostia, Tolosa y la que se vincula directamente con Alboan en Vitoria-Gasteiz.

Meses antes de su llegada el equipo de Patrocinio Comunitario ya estaba en marcha tejiendo redes, acercando el programa a las comunidades, creando hogares y espacios de convivencia, grupos de apoyo, etc.

Una vez establecida la familia, el programa procura un acompañamiento continuado a lo largo de dos años en los que se va desarrollando una red de apoyo cercana con la colaboración de un grupo de voluntariado y distintas organizaciones vinculadas directamente con la familia como son la escuela, el centro cívico del barrio, la asociación de vecinas y vecinos, etc. El programa se divide en distintas áreas para facilitar la intervención de toda la red en torno al programa:

  • Acompañamiento
  • Apoyo personal y comunitario
  • Vivienda
  • Acceso a la salud
  • Apoyo ocupacional
  • Acceso a seguridad y derechos

 

 

Nuestras compañeras Nerea Aginako, técnica del Programa de Patrocinio Comunitario en Alboan, y Ruba Hassan,  mediadora cultural e intérprete procedente de Siria, trabajan mano a mano desde el mes de mayo para acompañar a esta familia y para garantizar que acceden a los derechos sociales que les corresponden.

 

Una de las primeras intervenciones en las que comenzaron a trabajar fue la escolarización de los 3 menores, que se produjo a menos de dos meses del final del pasado curso escolar. Un momento delicado, con muchas dificultades que superar, pero que era fundamental abordar, para que en el presente curso los menores se encuentren como “en casa” en su cole. Tal y como Nerea refiere: “La escuela a su vez, está atendiendo desde muy cerca las necesidades emocionales de la familia. Aunque ha sido un proceso complicado para la familia, a día de hoy se sienten muy contentos y felices en el entorno escolar”.

 

Seis meses desde la llegada a Vitoria-Gasteiz

El 6 de noviembre se cumplieron 6 meses de la llegada de las familias de Patrocinio Comunitario. Al hacer balance sobre el camino recorrido somos conscientes de que se han dado respuesta a muchas de las dificultades iníciales, sin embargo aún queda camino por recorrer.

 

Uno de los hitos que contribuye a garantizar el bienestar, no solo económico, sino ¨integral” de la familia ocurrió el 2 de noviembre: la incorporación laboral del padre a PATURPAT, la cooperativa de procesados de patata de UDAPA, una de las colaboradoras fieles de Alboan desde hace ya muchos años. Una vez más esto no habría sido posible sin la intermediación de Koldo López de Robles, que ha sido puente con la cooperativa alavesa para facilitar el proceso de incorporación laboral del padre. 

 

Si bien a nivel de planificación la inserción laboral no se encuentra entre las primeras fases del proceso, esta oportunidad brindada por UDAPA, la dignificación que brinda el trabajo remunerado, tanto a nivel individual como social, animó al equipo de Patrocinio Comunitario a dar un paso adelante en este sentido por lo beneficioso y sanador que podía llegar a ser. Aunque queda pendiente solventar la barrera del idioma para la plena integración del padre en el equipo de trabajo, el grupo de voluntarias se han comprometido a reforzar el vocabulario del padre, para facilitar su día a día en la fábrica.

 

La familia está satisfecha y se nota. El padre, feliz de ir encontrando su lugar, la madre poco a poco tiene más tiempo “para ella misma”, los niños contentos en su escuela, aprendiendo y haciendo amistades, el grupo que acompaña este proceso liderado por Nerea y Ruba, siente que se ha recorrido un importante camino y que avanzan en buena dirección hacia una sociedad de acogida y hospitalidad.

 

(*)  La experiencia piloto de Patrocinio Comunitario Auzolana II cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco.