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Posición de EURAC con respecto a la situación en Burundi

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Desde la Red Europea por Africa Central -EurAc- de la que forma parte ALBOAN, queremos condenar la escalada de violencia en Burundi y ofrecemos nuestra solidaridad a las organizaciones de la sociedad civil burundesa, a través del comunicado adjunto.

POSICIÓN DE EURAC RESPECTO A LA SITUACIÓN EN BURUNDI


 Bruselas, 17 de diciembre de 2015


La Red Europea para África Central (EurAc) y sus miembros condenan la inquietante escalada de violencia de estos últimos días en Burundi y ofrecen su solidaridad a las organizaciones de la sociedad civil burundesa. Hacen un llamamiento a la Comunidad Internacional, y a la UE en especial, para responder con firmeza ante la degradación alarmante de la situación política y de seguridad en Burundi, y a tomar medidas para prevenir una guerra civil que tendría repercusiones dramáticas en la región de los Grandes Lagos.

Los Asesinatos selectivos llevados a cabo en la noche del 11 al 12 de diciembre por los servicios de seguridad burundeses han causado más de 200 víctimas, la mayoría provenientes de los barrios de Bujumbura calificados de contestatarios por el poder desde el comienzo de las protestas sociales contra el tercer mandato presidencial del Presidente Pierre Nkurunziza en abril de 2015. Estos asesinatos han sido la continuación de los ataques armados perpetrados el viernes 11 de diciembre contra tres campos militares situados en los barrios de Bujumbura. Si bien son inaceptables y fuertemente condenables, estos ataques no pueden justificar en absoluto las represalias de las fuerzas de seguridad para con la población civil (asesinatos y secuestros) residente en los barrios de Bujumbura considerados como contestatarios por el poder.

La apertura, el 8 de diciembre, por la Unión Europea (UE) de consultas según el artículo 96 del Acuerdo de Cotonou para examinar la situación en Burundi y las posibles soluciones para asegurar el respeto de los elementos esenciales relativos al artículo 9 del Acuerdo (es decir, los derechos humanos, los principios democráticos y el Estado de derecho) no ha llegado manifiestamente a los resultados esperados. Durante las consultas realizadas el 8 de diciembre, el gobierno burundés ha pretendido que la situación de seguridad del país está bajo control. La UE por su parte ha declarado el mismo día que “considera que las posiciones indicadas no permiten remediar globalmente la falta de elementos esenciales de su relación con la República de Burundi. Estas posiciones no permiten tampoco responder de manera satisfactoria a las decisiones del consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana del 17 de octubre y 13 de noviembre de 2015, en particular sobre la necesidad de la puesta en marcha rápida de un diálogo sincero e inclusivo, fundado en el respeto del acuerdo de Arusha”.

A pesar de la gravedad de los hechos acaecidos el 11 y 12 de diciembre de 2015, las autoridades burundesas pretenden que “la situación en cuanto a la seguridad es globalmente buena en toda la extensión del territorio de la República de Burundi”.

Deploramos, así mismo, la estrategia del poder establecido que tiende a convertir en étnico un conflicto cuyas causas son ante todo políticas. El hundimiento de Burundi en la crisis deriva en primer lugar de la decisión del régimen de permitir a Pierre Nkurunziza un tercer mandato presidencial, en contradicción con la constitución burundesa y los Acuerdos de Arusha (2000), y organizar los escrutinios de junio y julio de 2015 en un contexto que no reúne las condiciones necesarias para el desarrollo de elecciones democráticas.

Además, la profunda crisis política y de seguridad que atraviesa hoy Burundi tiene el riesgo de extenderse a nivel regional, especialmente en razón del número de burundeses refugiados en los países vecinos que, según estimaciones, se elevaría a cerca de 220.000 personas. A este respecto, el reclutamiento en Ruanda de refugiados burundeses del campo de Mahama en grupos armados no-gubernamentales  podría tener consecuencias nefastas para la estabilidad de toda la región de los Grandes Lagos.

EurAc y sus miembros quieren expresar su apoyo a los socios de la sociedad civil burundesa que condenan “la estrategia adoptada por el régimen represivo de Nkurunziza que consiste en aprovecharse de las situaciones confusas para cometer crímenes innombrables”  y llaman a la Comunidad Internacional a intervenir para proteger a las poblaciones civiles, como ya ha sido contemplado por la Unión Africana y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Como consecuencia, EurAc pide a la UE y a sus Estados miembros el:

1.    Apoyar el envío de una misión de mantenimiento de la paz en Burundi en el marco de las Naciones Unidas cuyo mandato sería proteger a la población burundesa;
2.    Llamar a todas las partes implicadas en la crisis burundesa a respetar el derecho internacional humanitario;
3.  Pedir al Procurador de la Corte Penal Internacional que inicie con urgencia una investigación sobre los crímenes internacionales cometidos en Burundi;
4.   Apoyar a la comunidad de África del Este (EAC) y a la unión Africana en la restauración urgente de un diálogo político sincero e inclusivo en Burundi, única vía de salida hacia una mejora de la situación de seguridad en el país;
5.  Mantener la suspensión de toda ayuda presupuestaria al gobierno de Burundi hasta que el Gobierno y la fuerzas de seguridad den prueba de retornar a un diálogo político sincero e inclusivo, de restablecimiento de la situación de seguridad y de respeto de los derechos humanos;
6.    Ampliar la aplicación del régimen de sanciones individuales a los responsables políticos y miembros de los servicios de seguridad burundeses responsables de las violaciones de los derechos humanos y que representan un obstáculo para la organización de un diálogo político inclusivo; estas sanciones deberían igualmente ampliarse a todo individuo o entidad que intente en los países vecinos de Burundi, instrumentalizar la acogida a los refugiados burundeses con otros fines que no sean civil o humanitario;
7.   Mantener la presión sobre el Gobierno burundés para que establezca el espacio democrático y el respeto a los derechos humanos en todo el territorio; para esto, la UE debería pedir al gobierno burundés que anule (1) el decreto 530/1597 que suspende ilegalmente las actividades de varias organizaciones de la sociedad civil y (2) el bloqueo ilegal de fondos de varias organizaciones de la sociedad civil y otros defensores de los derechos humanos en Burundi;
8.    Pedir a la Unión Africana que suspenda la participación del ejército burundés en la Misión de Mantenimiento de la Paz en Somalia (AMISOM) y a las Naciones Unidas que suspenda la participación del ejército burundés en la Misión de Mantenimiento de la Paz en la República Centroafricana (MISCA).



EurAc es una red europea que agrupa a 41 organizaciones miembros surgidos de la sociedad civil de 12 países europeos (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, suecia y suiza) que trabaja por la paz y el desarrollo en África Central.