Pasar al contenido principal

Nuestras respuestas a la emergencia en Siria

Los terribles terremotos que han afectado a Siria y Turquía el pasado mes de febrero han dejado más de 47.000 personas fallecidas y 100.000 heridas. La situación que vive la población es crítica ya que la región se encontraba golpeada por la guerra prolongada en Siria y por una gran crisis que ha provocado el desplazamiento forzoso de miles de personas. Siria registra más de 5.900 del total de víctimas mortales y Alepo es una de las ciudades más devastadas de su territorio.

 

Desde el primer momento tanto la comunidad internacional como la sociedad civil se han movilizado para apoyar a las víctimas. Este es el caso de Alboan, que junto a  Entreculturas y al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y a la Red Xavier, han puesto en marcha su protocolo de emergencia para atender a las personas más afectadas, especialmente en la zona de Alepo.

 

La situación que vive la población es crítica, ya que la región se encontraba duramente golpeada por la guerra de Siria y por una gran crisis humanitaria que viene provocando el desplazamiento forzoso de miles de personas desde hace años. Se sabe que un total de 54 edificios se han derrumbado en Alepo, y muchos otros sufrieron graves daños y aún corren el riesgo de colapsar. En total, 150.000 personas han sido desplazadas de sus hogares en la gobernación de Alepo. Mientras que aproximadamente 53.000 personas estaban alojadas en 173 albergues colectivos a 9 de febrero, eso deja a casi 100.000 sin asistencia formal de albergue. Se estima que 2 millones de personas se han visto afectadas por el terremoto solo en Alepo. Aunque sufrieron menos daños, 1,2 millones de personas también se han visto afectadas en Homs.

 

Foto: Mikhail Demian - JRS MENA

 

La destrucción de miles de viviendas ha forzado a las familias a quedarse en la calle, soportando las consecuencias del duro invierno. Por eso, desde Alboan y Entreculturas, junto al Servicio Jesuita a Refugiados, estamos respondiendo en tres líneas de trabajo:

  • Distribución de bienes de primera necesidad (servicios de higiene y agua potable).
  • Apoyo sanitario y psicosocial, especialmente a las niñas y niños que, además, en muchos casos, necesitan la reunificación con sus familias.
  • Creación de una respuesta sostenible a largo plazo para que estas personas puedan recuperar sus vidas.

 

 

Siria un avispero desde hace más de 10 años

El terremoto se produce en el contexto de una crisis siria que ha durado casi doce años y ha dejado a más de 15,3 millones de personas necesitadas de algún tipo de asistencia humanitaria en 2023. El país todavía tiene la mayor cantidad de población desplazada interna en el mundo con 6,8 millones y los indicadores humanitarios y económicos continúan deteriorándose, con el colapso de los servicios básicos y un brote de cólera en curso que agrava una situación ya de por sí grave. Las comunidades afectadas de Alepo se enfrentan a algunas de las necesidades humanitarias más importantes de Siria. El 18 por ciento de todas las personas desplazadas internas fuera de los campamentos en el país residen en la gobernación de Alepo. Se identificaron 2,8 millones de personas que necesitaban asistencia humanitaria en Alepo antes del terremoto. Este no solo es el mayor número de personas necesitadas en cualquier gobernación de Siria, sino que también representa dos tercios de la población de Alepo.

 

Foto: Iván Benítez.
 

El drama humanitario se hace sentir también en Euskadi y Navarra a través de las familias sirias refugiadas  

Muchas de las personas y familias sirias residentes en Euskadi y Navarra cuentan con personas allegadas que se han visto afectadas directamente por el terremoto. Existen casos de familiares fallecidos, hospitalizados o desaparecidos; incontables daños materiales, incluida la completa destrucción de viviendas, lo que les ha abocado a muchas personas a buscar cobijo en tiendas de campaña; falta de luz, calefacción o escasez de alimentos. Muchas personas lo han perdido todo.

 

Alboan, la Fundación Ellacuría, Loyola Etxea y el Centro Lasa, las obras sociales de la Compañía de Jesús en País Vasco y Navarra acogen a 12 familias sirias, a través del programa Patrocinio Comunitario. En este momento esta iniciativa acoge a 12 familias sirias acompañadas desde la Plataforma de Loiola.  Se trata de personas que tuvieron que abandonar sus hogares debido a otras crisis humanitarias previas –en ocasiones superpuestas- provocadas por conflictos armados, ausencia de recursos para una vida digna y falta de gobernanza en la región. Son víctimas de conflictos olvidados que, en muchas ocasiones, han sufrido también las consecuencias de políticas y prácticas migratorias inhumanas en los países de tránsito y de destino.

 

Las noticias recibidas provocan en las familias sirias acogidas sentimientos de impotencia, tristeza, angustia, un enorme dolor. También una inestabilidad emocional que requiere de atención psicológica y apoyo psicosocial.

 

También verbalizan la impotencia de ver cómo el Estado sirio está ausente y no socorre ni atiende a su población, al contrario de lo que ocurre al otro lado de la frontera donde, con todas sus limitaciones, el gobierno turco va asumiendo su responsabilidad. Esa sensación se ve acrecentada al percibir que, pasados estos momentos de cierta atención mediática, la comunidad internacional relegará al olvido al pueblo sirio, del mismo modo que lo ha hecho en los últimos años. Saben que el suyo es un conflicto y un drama humanitario que no está en la agenda política ni mediática.

 

La escuela, un lugar seguro para la infancia

Desde el primer momento de la activación de la emergencia, las escuelas a las que asisten las niñas y niños de las familias sirias acogidas en Euskadi se han mostrado en perfecta sintonía con la red de Patrocinio Comunitario. Conscientes del efecto de esta nueva tragedia que ha vuelto a poner “patas arriba” las vidas de estas familias refugiadas, el profesorado y resto de personal de los colegios se ha mantenido atentas y la comunicación con la red de acogida ha sido en todo momento fluida. El personal vinculado a este programa, así como todo el cuerpo de personas voluntarias participantes se han convertido ahora, aún más si cabe, en referentes y apoyo constante.

Escuela del JRS en Líbano en la que estudian niñas y niños sirios cuyas familias se vieron obligadas a abandonar su hogar. Foto Iván Benítez.

 

Tal y como señala nuestra compañera Nerea Aginako, responsable de Alboan en Álava señala: “La Escuela es un elemento integrador y de acogida en los países de destino. (…) Acompañamos a familias [sirias] reasentadas durante 2 años, en ese periodo se articulan redes de apoyo que favorecen el sentimiento de pertenencia y arraigo y por tanto facilitan la construcción de una vida plena y digna de las personas refugiadas. El desarrollo de redes de apoyo y confianza son catalizadores para la reconstrucción y sanación de las personas refugiadas.

 

Comunidades de acogida, comunidades de solidaridad

Álvaro González y María Rivas forman parte de la red de familias voluntarias  que participan en la experiencia de Patrocinio Comunitario acompañando a las familias sirias, en su caso desde su Portugalete natal. Álvaro nos cuenta cómo han sido los últimos días.

“Lo cierto es que estas últimas semanas están siendo muy duras para la familia que estamos acompañando. Aunque las hijas y el hijo no se enteran de lo ocurrido, ya que Minwer y Waffa intentan que “siga la vida normal”. Han perdido familiares, tienen a gente viviendo en la calle después de haber perdido sus casas…

(...) desde el grupo acompañamos en lo que podemos. Tratamos de estar más presentes para distraerles de la realidad de estos días (...)

A pesar del sufrimiento tan grande que han padecido y que padecen ahora, la capacidad que tienen para mirar para adelante, para no perder la esperanza, para agradecer lo que tienen, la capacidad de “aguantar el chaparrón”… yo desde luego no sé si sería capaz (..) Ante circunstancias tan extremas son capaces de sacar algún tipo de energía que los mantiene en pie, que les hace no perder del todo la sonrisa, que ni por un momento se plantean tirar la toalla… es como si por fuera fueran normales y por dentro tuvieran “superpoderes”…

Para mí, desde luego, esta familia representa la mayor lección de humanidad que he llegado a conocer.”

 

* Ahora puedes colaborar con la Emergencia en Siria con un simple gesto