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Formación profesional, fuente de esperanza para las personas desplazadas internas en República Centroafricana

Desde 2013, cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar su hogar debido a la violencia en República Centroafricana (CAR). Una de cada cinco personas centroafricanas es desplazada interna o refugiada, la situación es delicada, en muchas ocasiones carecen de asistencia básica y privados del derecho a la educación. Lo que pone en riesgo a los niños y niñas de no volver a la escuela. Siendo expuestos a ser reclutados por los grupos armados.

 

El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), en colaboración con Alboan, ofrece cursos de formación profesional en el Centro San José, situado en Bambari. Estos cursos ayudan a construir redes de apoyo y a facilitar el acceso a los mercados y a la inserción económica y social, dentro de la comunidad de acogida. Generando independencia y autosuficiencia.

 

Actualmente 60 personas están formándose en diferentes áreas: costura, mecánica, electricidad y carpintería. Tras la formación, los/as alumnos/as reciben un kit con materiales con lo necesario para poder desarrollar sus propios negocios.

 

“A causa del conflicto y la violencia, yo antes no trabajaba, me quedaba en casa por miedo; pero desde que llegué a Bambari, JRS me contrató como formador”, cuenta Chris, facilitador del curso de electricidad. “Los alumnos siempre están dispuestos a aprender, saben que esta formación es una gran oportunidad”, concluye.

 

Chris, 27 años, formador del curso de electricidad en Bambari.

 

Repio Gina, es todo un ejemplo, fue alumna en la formación, gracias al material y al conocimiento que adquirió, ha abierto su propio negocio de costura. “En Bambari, especialmente las jóvenes que hemos perdido a nuestros padres a causa de la violencia tenemos muchas dificultades. Yo no fui a la escuela, y no tenía trabajo. Por eso decidí apuntarme a la formación”. Gina está orgullosa de todo lo que ha conseguido, “ahora gano mi propio dinero porque la gente viene a comprar la ropa que yo misma coso, eso me ayuda mucho y me hace sentir muy bien”.

 

Repio Gina - antigua alumna - en su taller de costura.

 

Esta actividad no solo mejora las oportunidades de subsistencia de los jóvenes. También genera paz y reconciliación. Dada la historia de conflictos que ha sufrido el país, y que los jóvenes han vivido desde pequeños, estos cursos son un espacio seguro donde poder desarrollarse profesional y personalmente.