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Fe y Alegría-Perú: escuelas rurales, comunidades de solidaridad

Fe y Alegría-Perú

Fe y Alegría-Perú nace en la década de los 60 del pasado siglo durante la época en la que surgen las megalópolis latinomericanas y con ellas nuevas barriadas, en las que se instalan miles y miles de familias que emigran del campo a la ciudad. Se trata de zonas de las ciudades a las que el estado no llega para dar respuesta a las necesidades de la población y  por esa razón  Fe y Alegría comienza a trabajar “allá donde termina el asfalto”. Décadas después, a partir de los años 90,  varios países latinoamericanos entre los que se encuentra Perú, conocen un rápido crecimiento económico que hace que la brecha de desigualdad crezca mucho más. A pesar de las dificultades los barrios periféricos consiguen desarrollar servicios básicos, aunque aún sean deficitarios en muchos casos, mientras que las zonas rurales de difícil acceso se van quedando atrás. En ese momento es cuando Fe y Alegría-Perú se marca un nuevo reto: llegar a zonas rurales andinas para poner en marcha escuelas rurales.

 

Entrevista a Miguel Cruzado sj, director de Fe y Alegría-Perú:“Nuestras escuelas forman parte de los barrios y las comunidades”

¿Qué presencia tiene Fe y Alegría en Perú en la actualidad?

Ahora mismo contamos  con una red de 5.000 personas entre profesorado y personal directivo, de las que dos tercios son mujeres,  repartidas por 21 regiones de Perú que proporcionan educación a 90.000 niños y niñas. Estas 5.000 personas están realmente comprometidas con el proyecto que tienen entre manos, que va mucho más allá de educar en el aula. Más allá de las 235 escuelas que Fe y Alegría tiene en Perú, más allá de los éxitos, siempre hemos sabido que Fe y Alegría lleva a cabo un trabajo sólido. Hace 5 años que pusimos en marcha un proceso para evaluar nuestras escuelas y sus resultados y hemos podido comprobar que los resultados académicos de nuestras alumnas y alumnos superan con creces los promedios anuales de estudiantes tanto de centros públicos como privados. 

 

¿Cómo lleváis a cabo vuestra labor?

Las escuelas de Fe y Alegría Perú son escuelas públicas gratuitas que han sido construidas por las familias y la comunidad. Las comunidades son las que se acercan a Fe y Alegría. Cuando eso ocurre nos reunimos para valorar las demandas de la comunidad y nos ponemos en contacto con las autoridades locales para hacerles llegar sus demandas. Una vez obtenemos los permisos pertinentes - que no suelen demorarse porque para las autoridades es más cómodo hacerlo de esta manera- desde educación nos asignan el número de profesores y profesoras que podemos contratar, y comenzamos el proceso selectivo. Las personas entrevistadas vienen de las bolsas de trabajo estatales pero tenemos libertad para seleccionar a quiénes más se alinean a nuestro proyecto. Desde Fe y Alegría buscamos empresas proveedoras pero es la gente de la comunidad la que emprende la construcción del edificio.

 

¿La propia comunidad construye el edificio?

Si, podríamos buscar financiación para que una empresa se encargara de la construcción y sería más rápido e incluso más cómodo, pero la participación de la comunidad es un principio no negociable. Como señalaba antes nunca ponemos en marcha un proyecto que no sea una demanda popular.  Por esa razón  nuestras escuelas forman parte de los barrios y las comunidades. De hecho la gente se siente orgullosa de formar parte de Fe y Alegría y cuando un centro o un barrio comienza a estar más asentado, son las familias y la comunidad quiénes se ponen en marcha para identificar nuevos nichos de pobreza en el barrio que atender. En la actualidad hemos puesto en marcha tres centros para acompañar y formar a personas con diversidad funcional y hay otro más en marcha.