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Hoy las mujeres viudas del Sur de la India no se vestirán de blanco

Mujeres viudas del Sur de la India

Sandra Delgado, Área De Cooperación de ALBOAN.

Este año las mujeres viudas en el Sur de la India no se vestirán de blanco. Y menos en el Día Internacional de las Mujeres Viudas, 23 de junio. Llevarán, en cambio, adornos, pendientes y saris coloridos. En nuestro contexto parece que los colores vivos están reservados a la juventud, y en el caso de la India, están mal vistos en las mujeres viudas, de las que se espera que solo vayan vestidas, precisamente, de blanco. No por estética, sino por el enorme peso de creencias y largas tradiciones en las que estrictos mandatos sociales  y discriminación a las mujeres viudas  eran (y son) la norma.


Solo pude comprender la importancia de estos colores en sus saris, o el “bindi” en su frente la tercera vez que me encontré con ellas. En el primer encuentro que tuvimos, en cambio, no articulaban ni una sola palabra en público, se situaban como escondidas, sin adornos ni colores, en la parte de atrás de la sala o de la chabola, o de los árboles. Que no las viésemos, porque ellas en realidad se sentían invisibles. Y eso que se trata de mujeres que han sobrevivido al tsunami del sudeste asiático de 2004, sin derecho a ninguna herencia material, que han soportado innumerables  vejaciones y desprecios por parte de familias, comunidades y empleadores, 


Mujeres sin hombre a su lado, sin dinero, sin casa, sin casta. Las oprimidas perfectas en un sistema patriarcal y tradicional.  Y ahora en cambio, son mujeres que recobran su identidad más allá de las lanzas de los estereotipos. Y hoy, ahí están en el estado de Tamil Nadu, organizadas desde el año 2005 en el Movimiento por la Dignidad y los Derechos de las Mujeres viudas y solas de Nagapatinam, reclamando sus derechos y llevando propuestas a las instituciones públicas y partidos políticos.


Otras lanzas, aún, les siguen llegando. La última de ellas la pandemia mundial COVID 19, la penúltima el ciclón Gaja de 2019 que devastó sus enquencles chabolas de paja. 


Dicha pandemia ha puesto en evidencia que ante esta enfermedad no estamos en igualdad de condiciones, sino que se agravan las vulnerabilidades estructurales ya existentes, así como la desigualdad y exclusión social. Y en el caso del colectivo de mujeres viudas no iba a ser la excepción. Mujeres que perdieron los maridos por el tsunami o por culpa del alcohol, ahora son mujeres cabezas de familia con una mayor responsabilidad económica y de cuidados sobre sus hombros.


El gobierno decidió ante a alerta sanitaria restringir los desplazamientos, lo que ha impedido los traslados a los lugares de trabajo. Las mujeres viudas jóvenes que trabajan en trabajos informales y precarios dependen de una paga diaria. Es decir, no poder desplazarse, significa no poder ir a trabajar, y esto conlleva no obtener ningún ingreso mínimo.  Así, muchas de estas mujeres y sus familias enfrentan hambre severa y falta de medios de subsistencia básicos, por lo que algunas organizaciones como Kalangarai les han proporcionado alimentos de emergencia. Ni que decir tiene lo lejos que tienen el hospital más cercano,  que la cancelación de transporte público se ha vuelto otro obstáculo más para el acceso a los servicios de salud.


Además, dado que los espacios de reunión se han cerrado, el apoyo mutuo que cultivaban en sus encuentros presenciales ya no es posible de la misma manera. Las prioridades diarias de conseguir comida para el día o poder tramitar ayudas sociales, dejan poco hueco para unos minutos de llamada por móvil a las compañeras, o saludos lejanos a las vecinas, pero esto también pasará. El tejido social en tiempos de pandemia también se resiente, pero la buena noticia es que también lo reinventan y adaptan.


De todos estos temas trata la Federación por los Derechos de las mujeres viudas y solas del estado de Tamil Nadu  (la cual lidera el Movimiento de Nagapatinam). Esta Federación, conformada por diversas organizaciones de mujeres en distintos distritos, sueña con llevar a la práctica su Agenda de Reivindicaciones, en la cual se incluyen entre otras muchas, el derecho y a una pensión de viudedad digna, el derecho a trabajo digno, a la no discriminación, a las 2ªas nupcias, etc.. Dos de sus grandes prioridades para los próximos años son promover campañas sociales para reducir la discriminación social de las viudas y solas, así como abogar por la definición de  una ley específica para la prohibición de la discriminación sobre ellas.


También es reseñable el gran reto que es el que no se conozca siquiera el número real de mujeres viudas en el país, y esto conlleva a que que las políticas públicas no tienen en cuenta a este colectivo invisibilizado. Se abre como oportunidad, por tanto, la previsión de actualizar el Censo Nacional del país, y por ello, la Federación está demandando la inclusión en dicho censo de una sección específica sobre mujeres solas y viudas. Solo de esta manera se conseguirá sacar a la luz esta realidad y por tanto diseñar programas públicos acordes, en un país donde se estima que residen al menos 46.000.000 de mujeres viudas.


En India aún no han entrado en la parte final de la desescalada, pero la Federación y las organizaciones que la acompañan como Kalangarai,  ven claro el camino para seguir transformando esta injusta realidad: el papel de la comunidad y el cambio cultural necesario para romper con prejuicios machistas y excluyentes;  el potencial de la educación en las escuelas para deconstruir dichas prácticas culturales;  la inclusión de mujeres viudas y solas en los espacios de tomas de decisiones, así como estrategias para mejorar su acceso a medios de vida dignos, …y todo esto necesitará otras organizaciones e instituciones aliadas.


Por ello, hoy no será un día de luto, ni de blanco, pero sí de reivindicación. Sigo admirando ese bindi, y ese sari colorido en ellas, porque es símbolo de resiliencia, de reinvención y de esa lucha que cansa pero tan necesaria, por ellas, por sus hijas y por las que vendrán.

 

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