Charles Chilufya SJ, director de la red Jesuita de Justicia y Ecología: “El trabajo que llevemos a cabo con los y las jóvenes determinará el futuro de África”
Hace algo más de un año, en primavera de 2018, recibimos en ALBOAN la visita de Rigobert Minani sj, entonces director saliente de la Red de Centros Sociales de jesuitas en África, Jascnet, y de Charles Chilufya sj, quien en ese momento recogía su testigo. Un año después se ha cerrado una etapa y Jascnet cede su lugar a JENA, la red Jesuita de Justicia y Ecología de África. JENA es una comunidad que aglutina a organizaciones y centros sociales de la Compañía de Jesús en África, entre los que se encuentran colaboradores habituales de ALBOAN tales como Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados. En total la red está compuesta por 15 organizaciones y centros sociales que trabajan de manera coordinada más allá de las fronteras territoriales para asegurar un impacto mayor en sus acciones y estrategias de desarrollo. ALBOAN apoya el trabajo que JENA lleva a cabo con diferentes sectores de población en África, y más concretamente con la población juvenil.
Charlamos con Chilufya acerca de los retos que afronta JENA. Charles, ¿ha habido muchos cambios en la forma de abordar vuestro trabajo?
La red se ha transformado pero seguimos trabajando y compartiendo los mismos objetivos. Nos mueve la urgente necesidad de combatir la pobreza, los problemas medioambientales y la desigualdad, tanto económica como de género. Una de las cuestiones sobre las que trabajamos es la gestión de recursos gubernamentales dedicados a temas fundamentales como la educación y la salud pública. Seguimos de cerca los sistemas de recaudación de impuestos y tasas como fuente de financiación, y creemos que para poner fin a la pobreza es imprescindible asegurar escenarios de justicia fiscal para evitar que quienes más ganen, continúen aumentando sus riquezas, mientras que las personas desfavorecidas cada vez se suman en una pobreza mayor.
¿Cuál es en la actualidad el principal objetivo para JENA?
Una de las cuestiones fundamentales que nos mueven es la situación de la juventud. El 77% de la población africana es menor de 35 años y cerca del 60% aún no ha cumplido 20 años. El trabajo que llevemos a cabo con los y las jóvenes de África determinará el futuro de nuestro continente. Desde JENA queremos ayudarles a conseguir un buen futuro. En la actualidad no cuentan con oportunidades y las altas tasas de desempleo les fuerzan a dejar sus países en busca de un futuro mejor.
¿Qué impacto tienen las migraciones de jóvenes en el continente africano?
África pierde talentos con las migraciones. Se trata de gente joven con preparación, conocimientos y habilidades, y los estamos perdiendo. Los gobiernos africanos tienen una responsabilidad hacia sus jóvenes: proporcionarles oportunidades de futuro, escenarios de estabilidad política y paz en los que ellos y ellas puedan crear sus propias oportunidades. En JENA hemos puesto en marcha el Programa "Juventud y capacitación y desarrollo de liderazgos" con el que queremos que estos y estas jóvenes sean conscientes de su potencial y de su poder para cambiar las cosas.
¿Dónde se está desarrollando este programa?
En Centros sociales, universidades, parroquias y escuelas de ciudades de diversos países de África Subsahariana. Hemos hecho una apuesta clara para dedicar tiempo, fuerzas y recursos a la juventud. Una de las cuestiones principales es garantizar el acceso y promoción a una educación de calidad.
Y en cuanto al trabajo con mujeres, ¿Cuál es la estrategia de JENA?
Una de nuestras principales preocupaciones es el fin de la pobreza y somos conscientes de que no podremos encontrar una solución si antes no prestamos atención a la situación de las mujeres. Sin igualdad y equidad no podemos avanzar. En JENA estamos haciendo importantes esfuerzos para promover la igualdad de género. Estamos desarrollando una estrategia de género que atravesará todo nuestro trabajo y todas las acciones que pongamos en marcha.
¿Trabajáis de forma coordinada con organizaciones de mujeres?
Hasta ahora no hemos desarrollado mucho este tipo de trabajo, pero colaboramos con consultoras para ver con qué organizaciones podemos colaborar tanto en trabajo relacionado con mujeres, como con el medio ambiente. Hay mucha población refugiada en África que está llegando a las ciudades. Los campos son espacios muy duros para vivir y el acceso a recursos es un problema. Estamos trabajando de manera estrecha con el Servicio Jesuita a Refugiados para intentar encontrar soluciones, sobre todo a mujeres y niñas que se encuentran en esta situación.
