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Celebramos el Día de la Tierra junto a sus defensoras

Día de la Tierra

Desde que estallara la crisis provocada por el Coronavirus, los países del mundo han ido declarando sucesivamente estados de alarma y decretando el confinamiento de sus poblaciones. En medio de la incertidumbre cada día esperamos buenas noticias: descenso de cifras de contagios, manifestaciones de solidaridad o el impacto sobre la Tierra. La recuperación de ecosistemas, y la reducción de gases de efecto invernadero son ejemplos de los beneficios medioambientales, coyunturales, de esta pandemia.

Por esa razón creemos que este año más que nunca debemos celebrar el Día de la Tierra, para que cuando logremos vencer al COVID-19 no olvidemos la urgencia de continuar cuidando nuestra Casa Común. 

 

Resistencias de mujeres defensoras del territorio en Colombia

Desde ALBOAN recogemos el testimonio de dos defensoras del territorio en Colombia. Ellas son Darli Rojas, coordinadora de trabajo social del resguardo indígena zenú en Córdoba y Clemencia Carabalí, cofundadora de Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM) y Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia en 2019. Estas mujeres comparten las luchas y resistencias que viven las comunidades indígenas y afrodescendientes en contextos de extractivismo. 

 

Extracción minera: impactos sobre el territorio, la comunidad y la vida las mujeres 


Darli Rojas: “La mina Cerro Matoso en Córdoba es una de las minas de ferroníquel a cielo abierto más grandes de Sudamérica. Allí vivimos siete comunidades indígenas. Los impactos de la mina son claros. En primer lugar nos redujeron la tierra. Además están los efectos ambientales. Nuestros ríos eran fuente de vida y ahora están contaminados. Llevamos el caso a la Corte Interamericana de Derechos y en 2013 realizamos una marcha para que reconocieran nuestro territorio como resguardo indígena, territorio reconocido de una comunidad con título de propiedad inalienable, colectiva o comunitaria, regido por un estatuto especial autónomo, con pautas y tradiciones culturales propias. A pesar de lograr este reconocimiento vivimos una situación complicada. La gente tiene miedo a hablar, a decidir. Todo esto ha hecho posible que las mujeres hayamos liderado procesos y reclamaciones legales, y eso nos ha hecho más fuertes.  Otra dificultad que encontramos es que nuestro territorio es zona de conflicto armado y hay desplazamiento de población. Desde la cosmovisión del pueblo zenú nos sentimos aisladas en nuestro propio territorio. El desarrollo no puede estar sustentado sobre las ganancias de inversiones extranjeras y la destrucción de nuestro medioambiente. El beneficio debe recaer en la comunidad sin dañar sus ríos y sus bosques. Es cierto que se han llevado a cabo convenios para reducir la pobreza extrema de la comunidad y programas de replantación de árboles, pero aún queda por resolver la cuestión de la contaminación, que se ha cobrado muchas vidas. La riqueza del país es nuestra maldición”.

 

Mujeres Constructoras de Paz


Clemencia Carabalí: “Mujeres Constructoras de Paz es una escuela, un ejercicio de formación que tenemos la mujeres de ASOM y forma parte de una de las líneas de trabajo de la organización.La escuela Mujeres Constructoras de Paz se enmarca dentro de la línea de empoderamiento y formación de las mujeres a partir del conocimiento de sus derechos. Llevamos tres grupos con 62 mujeres graduadas. En cada uno de los grupos la formación dura 8 meses y se lleva a cabo en colaboración con la Universidad del Valle del Cauca. Las participantes tienen una tarea muy importante que consiste en transmitir lo aprendido a sus respectivos grupos y hacer réplicas del itinerario formativo. En la mayoría de los casos se realiza acompañamiento durante estos procesos multiplicadores por parte del personal docente de la escuela. Se trata de una propuesta muy potente ya que es una vía para que las mujeres aprendan cuáles son sus derechos y a conocer la legislación étnica, ahora saben lo que es una consulta previa, qué es un Consejo Comunitario -nuestras autoridades étnico-territoriales- y es muy importante que la población las conozca. También se trabaja el tema de autocuidado y autodefensa porque la situación de seguridad en el Cauca sigue siendo compleja. Diseñamos e implementamos medidas de autocuidado y autoprotección que nos permitan estar protegidas y garantizar que podemos continuar con nuestro trabajo”.


 
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"Lo que el oro esconde" es una campaña de ALBOAN para dar a conocer las consecuencias que nuestro estilo de vida y consumo tienen en Colombia. El oro se utiliza en los circuitos impresos, que son las placas donde van unidos los microchips. Cada año se fabrican 1.500 millones de teléfonos móviles en el mundo para lo que se necesitan alrededor de 37.000 kilos de oro.