Ser mujer en Guatemala: entre la resistencia y la injusticia
Ser mujer en América Latina tiene implicaciones distintas a serlo cualquier otra región del mundo. Las situaciones de violencia o desigualdad que enfrentan las mujeres en la región, influyen de manera negativa en el ejercicio pleno de sus Derechos Humanos.
Queremos trasladaros hoy el caso de Guatemala, que a pesar de haber avanzado en la protección y promoción de los derechos humanos de las mujeres fortaleciendo su marco legal e institucional, no ha conseguido que en la práctica estas reformas hayan sido complementadas con compromisos presupuestarios, persistiendo obstáculos a la plena realización de los derechos humanos de las mujeres.
La crisis de los femicidios y la impunidad
En los últimos años Guatemala ha vivido un aumento de la brutalidad de la violencia, así como de los casos de desapariciones de mujeres. La violencia continúa siendo una de las causas fundamentales de la migración de las mujeres. Ciertos grupos como las defensoras de los derechos humanos, las mujeres LBT, las trabajadoras sexuales/mujeres en prostitución, las mujeres indígenas y las jóvenes, son particularmente vulnerables.
La violencia doméstica y sexual se encuentran entre los delitos más denunciados en Guatemala, y la tasa de femicidio es muy alta. A septiembre de 2023, el Observatorio de las Mujeres del Ministerio Público, documentó 290 muertes violentas de mujeres en Guatemala; de estas 162 han sido calificadas como femicidios, 55.9% del total. Lo anterior representa un incremento de los 128 femicidios reportados durante 2022. Según las organizaciones de la sociedad civil entre un 90 y un 95% de los femicidios quedan impunes. Estos altos índices de impunidad muestran un patrón de discriminación estructural contra la mujer.
Estas situaciones afectan en mayor medida a las mujeres pertenecientes a pueblos Originarios debido a factores como la pobreza, la discriminación racial y la falta de acceso a la justicia. Según informes de organizaciones de derechos humanos, las tasas de violencia contra las mujeres indígenas son alarmantemente altas y, a menudo, se agravan por la impunidad y la falta de medidas efectivas para protegerlas y garantizar sus derechos.
Historias de resistencia y llamado a la acción
La lucha por la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres es un esfuerzo colectivo que requiere de visibilidad, apoyo y acción constante. En este sentido, ASERJUS y Alboan, con el apoyo de AECID, han trabajado para recoger las voces de 14 mujeres guatemaltecas del Departamento de Quetzaltenango en una pequeña recopilación de sus historias de vida, con el fin de recordarnos y hacer presentes estas situaciones que muchas veces son ignoradas o minimizadas. Este documento busca no solo visibilizar, sino también servir como un llamado a la acción para promover un cambio real y duradero, en el que todas las mujeres tengan el derecho de vivir en un entorno seguro y justo, libre de violencia.
A través de estos relatos, queremos mostrar testimonios de resistencia. Mujeres que con valentía desafían la invisibilidad y la injusticia. Un claro ejemplo de esto es Luisa Vásquez, de San Juan Ostuncalco, quien afirma “la violencia física y emocional se convirtieron en una constante en mi vida” o relata cómo su esposo le quitó la casa que se había esforzado tanto en construir y se vio obligada a empezar de cero.
Con estas historias queremos reconocer la dignidad de quienes las protagonizan e invitar continuar en el impulso de un mundo en el que historias como estas no tengan que repetirse.