Durante el primer día de la COP30, representantes de 44 países se reunieron para debatir la Declaración de Belém sobre el Hambre, la Pobreza y la Acción Climática Centrada en las Personas, presentada el 7 de noviembre en la Cumbre del Clima de Belém. Este documento subraya cómo los efectos del cambio climático impactan con mayor intensidad a las poblaciones más vulnerables y propone medidas de adaptación centradas en las personas como prioridad global.
Prioridad a la adaptación centrada en las personas
La declaración recomienda que los Estados continúen invirtiendo en mitigación, pero den prioridad a la adaptación climática con enfoque humano, promoviendo la resiliencia de las comunidades más afectadas. Esto incluye la protección social, seguros agrícolas, y otros instrumentos que generen seguridad económica, social y ambiental. Además, enfatiza que el financiamiento climático debe orientarse a proyectos que generen empleo y oportunidades para agricultores familiares, comunidades tradicionales y pueblos de la selva.
Integración de la acción climática en políticas de desarrollo social
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recordó que el calentamiento global amenaza décadas de progreso y puede aumentar el hambre y la pobreza en millones de personas. Por ello, Brasil se compromete a integrar la acción climática en políticas de desarrollo social, fortaleciendo la reducción de desigualdades y la protección de los más vulnerables.
Injusticia climática y desigualdad
El evento ministerial fue organizado por el Ministerio de Desarrollo Social, Familia y Combate al Hambre y la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. El ministro Wellington Dias enfatizó que la crisis climática es profundamente desigual: los efectos más graves recaen sobre quienes menos han contribuido al problema. “El hambre y la pobreza son indicadores claros de injusticia climática”, afirmó, destacando el papel central de la agricultura familiar en la producción de alimentos y conservación de la biodiversidad.

Protección social como base de resiliencia
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, señaló que la protección social debe ser la base para fortalecer la resiliencia de los pequeños productores y agricultores familiares. Crear un ciclo de prosperidad inclusivo implica abrir nuevos mercados y redirigir flujos financieros hacia los países en desarrollo, asegurando que nadie quede atrás.
Resultados esperados y compromisos internacionales
La Declaración de Belém establece tres compromisos fundamentales:
- Fortalecer la protección social como base de la resiliencia climática.
- Apoyar a los pequeños productores y agricultores familiares para asegurar la seguridad alimentaria.
- Promover transiciones justas para las comunidades de los bosques y ecosistemas sensibles.
Se prevé una revisión de los avances en 2030 y se enfatiza la necesidad de coordinación internacional en financiamiento climático y cooperación para acelerar la implementación de estas medidas.
Financiamiento climático centrado en las personas
El ministro Wellington Dias destacó que el financiamiento climático debe llegar directamente a las personas, territorios y economías locales. Los sistemas de Naciones Unidas, fondos climáticos y bancos multilaterales tienen un rol clave en apoyar esta implementación y monitorear resultados. La ministra alemana, Reem Alabali-Radovan, subrayó que las consecuencias más graves del cambio climático afectan a quienes menos han contribuido, reafirmando que la acción climática global debe estar orientada a la justicia, igualdad y dignidad humana.
Conclusión
La Declaración de Belém representa un avance histórico en la COP30 al colocar a las personas en el centro de la acción climática. Garantizar protección social, apoyo a pequeños productores y transiciones justas permite enfrentar la crisis climática de manera equitativa y sostenible. Este enfoque demuestra que la justicia climática y la seguridad alimentaria son inseparables, y que la acción global debe priorizar a quienes más necesitan soluciones resilientes.


