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RD Congo. Espíritu cooperativo al servicio de la Soberanía Alimentaria

Moise Pieko

Moise Pieko, lleva al frente de la Oficina de Desarrollo de la CDS Kisantu –Cáritas Desarrollo y Salud-  37 años. Hemos conversado con él para conocer más de cerca el recorrido de esta organización que acompaña la creación y articulación de cooperativas agrícolas en el distrito de la Lukaya, RD Congo. Contribuyen así a la puesta en marcha de negocios familiares con visión colectiva, solidaria, responsable y sostenible.

 

Alboan colabora con CDS-Kisantu desde 2007 acompañando la puesta en marcha de las cooperativas. Para ello a lo largo de los años hemos contado, además, con el respaldo de otras entidades como la cooperativa alavesa UDAPA. En la actualidad esta iniciativa cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. En total y desde que se comenzaran a dar los primeros pasos en 2007, se han sumado ya 1.400 familias productoras de la región. 

 

¿Cómo animáis a participar en las cooperativas?

En CDS contamos con agentes agrónomos que recorren los poblados, visitando a las familias puerta por puerta  para darles a conocer cómo funciona el movimiento cooperativo.

También componemos canciones populares y realizamos pequeños montajes teatrales sobre los beneficios de pertenecer a la cooperativa, ya que la expresión artística es una manera sencilla y eficaz de extender nuestro mensaje.

Somos conscientes de que es difícil que todo el mundo acepte participar y por esa razón tratamos de establecer relación con los núcleos dirigentes de los comités locales de desarrollo y las asambleas a nivel de poblado, con quienes intentamos identificar problemas comunes del poblado y proponer las acciones necesarias para resolverlos.

 

¿Cómo funciona el sistema cooperativo?

Desde CDS-Kisantu coordinamos células cooperativas, que reúnen a las familias de entre 7 y 9 poblados. Dichas células tratan de identificar y solucionar los problemas. En la actualidad contamos con 9 células cooperativas que trabajan de manera coordinada y ya se han formado  3 cooperativas productoras.

Antes trabajaban en sus terrenos, recolectaban y se trasladaban a Kinshasa a vender sus productos individualmente. Ahora la comercialización se  realiza a través de las cooperativas, que compran toda la producción y la venden a una central cooperativa de segundo grado creada por el proyecto, UCOOOPAL, ya que es necesaria la figura de una entidad como ésta, con personal que puede acercarse al circuito comercial  de manera más profesional.

¿A qué tipo de obstáculos hay que hacer frente al poner en marcha este tipo de procesos?

En general tienen que ver con la escasez de infraestructuras, falta de carreteras, acceso al agua potable, dificultades para acceder a la propiedad de la tierra , a vivienda y de comercialización de la producción.

 

¿Y cuáles son los beneficios de ser cooperativista?

De una manera muy simple, hace unos pocos años una familia productora ganaba en torno a 700 euros anuales con la venta de sus productos, ahora  consiguen 1800 euros anuales.

De todas maneras aunque los beneficios de trabajar de manera coordinada puedan parecer evidentes, existen resistencias. Al trabajar en cooperativa les pedimos que compartan beneficios, pero también gastos y riesgos, y por esa razón algunas familias productoras no terminan de animarse a dar el paso.

 

¿Participan las mujeres de los poblados en las cooperativas?

Sí, el 53,4% de las participantes son mujeres, aunque aún es necesario garantizar que participan en los órganos directivos. Por esa razón existen medidas de discriminación positiva para garantizar que al menos el 30% de los puestos en órganos directivos están ocupados por mujeres.

 

¿Contáis con alguna estrategia específica para sumar a más mujeres?

Se despliegan diversas acciones y estrategias como por ejemplo identificar un cultivo en el que hayan participado tradicionalmente, como es el caso del sésamo.

Además se organizan eventos como marchas populares y manifestaciones, para el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres y el 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales, en las que invitamos a las mujeres de las comunidades y a sus familias a sumarse.

También se potencia la participación de las mujeres a través de la red REFED: Mujeres y desarrollo, que les apoya  con actividades generadoras de ingresos, les proporcionan equipamientos, insumos agrarios, les ofrecen formación en gestión de pequeños comercios, etc.