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Nyota: superviviente de violencia sexual y defensora de las personas albinas en RDC

Nyota

En República Democrática del Congo (RDC), el número de casos de violencia de género denunciados aumentó de 42.920 en 2019 a 70.142 casos en 2020 (dato más reciente), según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) en la provincia de Kivu Norte, al este de RDC. Nyota Mapendo, a sus 18 años, ha sido víctima de esta violencia, agravada por el estigma y discriminación que sufre por ser albina.  

 

"Cuando nací, mis padres aceptaron mi nacimiento, a pesar de mi albinismo", cuenta Nyota. "Mis padres me trataron como a sus otros 11 hijos". El apoyo de sus progenitores la ayudó a ganarse la aceptación de su familia y vecinos, aunque en el colegio y en la calle era discriminada. "De pequeña no entendía por qué me rechazaban, no tenía muchos amigos en el colegio y, cuando la gente se encontraba conmigo por la calle, me decían: “Ojalá mi madre no dé a luz a una persona albina”. Esto me entristecía y me preguntaba a mí misma “¿Por qué soy de otra raza?”.

 

Las personas con albinismo nacen con falta de pigmentación en pelo, piel y ojos. En muchas ocasiones se enfrentan a múltiples riesgos desde su nacimiento, siendo repudiadas por sus familias y, en algunas comunidades de África, incluso asesinadas para vender partes de su cuerpo. Además, están más expuestas a la violencia sexual, ya que existe la falsa creencia de que mantener relaciones con una persona albina atrae abundancia económica.

 

En 2020, Nyota fue secuestrada por un grupo de hombres armados que abusaron de ella en una antigua escuela abandonada. Por desgracia, no fue la única vez en la que fue víctima de violencia sexual. Otro día, mientras buscaba agua, un vecino la asaltó. Tuvo un hijo fruto de esta violación. Durante el embarazo, la expulsaron de la escuela porque no admitían a niñas embarazadas.

 

El trabajo del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), nuestra organización socia en Kivu Norte, no solo ha consistido en defender el derecho de Nyota a volver a la escuela, sino también educar a la comunidad escolar sobre los derechos de las personas con albinismo.

"Gracias al apoyo psicológico que recibí de JRS, recuperé la confianza en mí misma y, cuando tuve a mi bebé, volví a la escuela. A pesar de mi condición de niña-madre. Antes me sentía discriminada y rechazada por mis compañeros, pero desde que recibo visitas regulares del personal de JRS, la única organización que me apoya, me siento feliz y valorada", asegura.

El sueño de Nyota es terminar sus estudios y convertirse en cooperante para ayudar a personas en situación de vulnerabilidad. La joven quiere lanzar un mensaje a las personas con albinismo: "No desesperéis ni abandonéis los estudios»/", y para la sociedad exige: "¡Basta ya de discriminación y estigmatización. ¡Las personas albinas somos criaturas de Dios como todas las personas!".

 

Visita del Papa a RD Congo y Sudán del Sur

 

Del 31 de enero al 5 de febrero, el Papa Francisco viajó, durante su visita apostólica número 40, a República Democrática del Congo (RDC) y Sudán del Sur. El lema de la peregrinación, “Rezo para que todos sean uno”, invocaba a la reconciliación en las situaciones de conflictos olvidados que sufren ambos países.

 

En RDC, Nyota, como superviviente de violencia sexual y defensora de las personas albinas, tuvo la posibilidad de encontrarse con el Papa Francisco.

 

En este viaje, “deseado desde hace tiempo” para el Papa, tuvo la oportunidad de realizar un sueño: “visitar al pueblo congoleño, custodio de un país inmenso, pulmón verde de África: junto a la Amazonia, son los dos pulmones del mundo. Tierra rica de recursos y ensangrentada por una guerra que no termina nunca porque siempre hay quien alimenta el fuego”.

 

Después de pasar tres días en RDC, el Papa continuó su peregrinaje por la paz en Sudán del Sur, en compañía del arzobispo de Canterbury y del moderador de la asamblea general de la Iglesia Escocesa. En Sudán del Sur, una delegación del JRS participó en el encuentro de Su Santidad con las personas desplazadas.

 

“Es precisamente a causa de las devastaciones que produce la violencia humana, además de las que producen las inundaciones, que millones de hermanas y hermanos nuestros, como ustedes, entre los cuales muchísimas madres con sus hijos, tuvieron que dejar sus tierras y abandonar sus aldeas, sus casas. Lamentablemente en este país martirizado ser desplazado o refugiado se ha convertido en una experiencia normal y colectiva.

 

Renuevo, por tanto, con todas las fuerzas, el más apremiante llamamiento a que cese todo conflicto, a retomar seriamente el proceso de paz para que finalicen las agresiones y la gente pueda volver a vivir de manera digna”, afirmaba el Papa respondiendo a Joseph, un niño desplazado que le le preguntaba: «¿Por qué estamos sufriendo en un campo para desplazados?».