Cuando el barro se seca. Un año de reconstrucción y esperanza tras la DANA en Valencia
Hace un año, la Comunidad Valenciana sufrió una DANA histórica que devastó viviendas, escuelas y barrios en 75 municipios, causando 229 fallecidos y afectando a más de 100.000 inmuebles. Casi 40.000 estudiantes vieron interrumpidas sus clases, según fuentes oficiales, y la catástrofe profundizó las desigualdades sociales preexistentes.
La solidaridad tras la DANA en Valencia
Cuando el agua comenzó a retirarse, surgió una respuesta ciudadana y comunitaria que transformó la devastación en solidaridad. Las entidades de la Compañía de Jesús en Valencia —Escuelas San José, Centro Arrupe, Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y Entreculturas— crearon desde el primer día una red de apoyo que sigue activa un año después.
Desde Alboan, canalizamos la solidaridad de personas e instituciones en País Vasco y Navarra, apoyando la reconstrucción y la atención a las comunidades afectadas.
Durante los meses posteriores a la emergencia, esta red trabajó en 17 municipios valencianos, acompañando a niños, niñas, familias, personas migrantes, mayores y personas con problemas de salud mental. Cientos de voluntarios y comunidades vecinales participaron en la reconstrucción, llegando a más de 11.000 personas y reforzando vínculos comunitarios.
Educación y solidaridad: herramientas de reconstrucción
Escuelas San José se convirtió en un centro logístico clave, con profesorado y alumnado de Formación Profesional colaborando en desescombro, reparaciones y distribución de alimentos a más de 600 personas. Sus instalaciones también acogieron a 29 familias y a centenares de estudiantes para garantizar la continuidad educativa.
“Nos abrieron los brazos, las puertas, el colegio… nos dijeron ‘esta es vuestra casa el tiempo que necesitéis", recuerda Mar Ibáñez, madre de Paiporta.
El Centro Arrupe se convirtió en el corazón de la coordinación solidaria, ofreciendo espacios de escucha y acompañamiento emocional a más de 100 personas.
El SJM-Valencia centró su trabajo en personas migrantes afectadas, ofreciendo asesoramiento jurídico, apoyo psicológico, alojamiento temporal e inserción laboral a más de 300 personas que quedaron fuera de las ayudas públicas.
Desde Entreculturas-Valencia, se promovió la educación como herramienta de resiliencia y ciudadanía. Nació el programa ‘Espai Xarxa: La solidaritat ens dona un respir’, que permitió a más de 500 jóvenes y docentes afectados por la DANA encontrarse, compartir experiencias y sanar mediante el arte, la reflexión y la acción ambiental.
Paiporta: ejemplo de comunidad y esperanza
En Paiporta, una de las localidades más afectadas, la solidaridad se transformó en un movimiento vecinal activo. Gracias a Entreculturas y SJM Valencia, hoy más de 200 familias forman parte de esta red de apoyo.
“Cuando generas redes de solidaridad y cooperación, la ciudadanía se siente más fuerte para reconstruir su municipio”, señala Encarna Durán, coordinadora territorial de Entreculturas Valencia.
La Asociación Vecinal Paiporta cuenta ahora con un espacio propio, educadora social y múltiples actividades comunitarias que fortalecen la cohesión social y ofrecen apoyo emocional y educativo a sus vecinos.
Un año después: la solidaridad sigue viva
Un año tras la DANA, la Compañía de Jesús continúa acompañando a las comunidades afectadas. La reconstrucción no termina con levantar paredes, sino cuando las personas recuperan confianza, voz y participación social.
“Aunque el barro se secó, la red de solidaridad sigue viva más allá de la emergencia: educación, hospitalidad y comunidad son la base de una reconstrucción verdaderamente humana”, afirma Martín Iriberri, director general de Alboan.
En el País Vasco y Navarra, Alboan canalizó la solidaridad demostrando que la cooperación y el acompañamiento son la clave para transformar la tragedia en esperanza.

