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De madres adolescentes a emprendedoras valientes

Emprendimiento y salud reproductiva en Ruanda
Concentración de mujeres en Ruanda

Alboan e Inades Formation Ruanda gestionan desde hace dos años, con el sostén financiero de la Agencia Vasca de Cooperación y la Fundación Iraizoz Astiz, un programa integral de formación en emprendimiento y salud reproductiva para jóvenes madres en el campo ruandés.

 

Octavio Romano. Área de Cooperación de Alboan


A Clarisse hoy le toca vender tomates en el Mercado Central de Ngoma. Con sus 18 años se levanta al punto de la mañana para acercarse al rincón donde los productores llegan con sus sacos de berenjenas, pimientos, cebollas, ajos, guindillas… Clarisse nos dice que hay que madrugar para llegar al mercado cuanto antes, porque la mercancía se vende más barata al amanecer. Hace unos meses aprendió algunos conceptos como éste en las formaciones de Inades. Así que ella lo hace sin pestañear, aunque le cueste horas de sueño. No tiene ni balanza; la mercancía se vende a piezas. Ella ya sabe que su cubo de plástico verde marca el precio final: por todos los tomates que quepan en ese pequeño recipiente, quien los quiera le tendrá que pagar 2.600 francos, unos 2 euros. Si quiere más tomates, pues se vacía el cubo en la bolsa del cliente y más tomates de nuevo al cubo… aunque normalmente eso no pasa: 2.600 francos ya es una fortuna dentro de la compra diaria de cualquier persona que viva en el sur de Ruanda.


 

Salimos del mercado central y unos minutos después nos encontramos con Solange, una altísima chica originaria de Nyaruguru, lejos de Ngoma. “Me apunté a los cursos de emprendimiento de Inades por recomendación de unas amigas de aquí… soy madre de un niño y cumplía los requisitos, así que aquí estoy 10 meses después de la formación, con mi propio negocio”, nos cuenta. Solange vende unidades de telefonía - dicho de otro modo: recarga móviles - para MTN en su puesto callejero, con su chaleco, su mesa y su sombrilla, todo con el amarillo corporativo y los logos de esta enorme sociedad de telefonía que opera en todo el África central. Solange nos dice que por el momento está a gusto con su puesto; sabe que no es la mejor zona de la ciudad, pero siempre pasan coches, taximotos, camiones… “casi es mejor que estar en el centro, porque aquí estamos pocos puestos de recarga, y la gente para más tranquila”. Dice que por ahora está ganando algo más de 70.000 francos limpios al mes (unos 60 euros), que le sirven para ir tirando. Lo que quiere, si el puesto va a mejor y puede ahorrar algo de dinero, es acabar sus estudios de secundaria, que tuvo que dejar al quedarse embarazada. “Aunque lo que más quiero, por encima de mis estudios, es dar una buena vida a mi hijo”.


Ya casi a la salida de Ngoma se halla el populoso barrio de Matyozo, y en él, pegada a las colinas se halla un pequeño mercado trufado de puestos de verduras y hortalizas, beignés (panecillos) y algo de menaje low cost llegado del lejano oriente. Allí nos espera Belisse, que vende de todo: aceite de palma, pasta de cacahuete para cocinar, pescaditos enanos de los lagos Tanganika y Victoria, jengibre, berenjenas, tomate, cebolla… en fin, lo que haya podido comprar ese día de los comerciantes y camioneros que llegan por la mañana al mercado. Belisse parece una niña, no para de moverse, como si su cuerpo la obligara a vibrar frenéticamente a base de pequeños saltitos, y no sé por qué. Estoy a punto de preguntarle qué le pasa, cuando veo aparecer dos piececitos minúsculos por detrás de su cintura. Es su bebé y tiene que dormir, y debe hacerlo mientras su madre vende verduras. No queda otra. “Terminé los cursos con Inades y apoyaron mi proyecto de puesto de venta en el mercado. En cuanto ahorre algo me voy al mercado central, ahí ganaré más… de todos modos, lo que más me ha gustado de todo lo que he aprendido ha sido la salud reproductiva. Conocer mi cuerpo y saber cómo puedo evitar quedarme embarazada… ojalá lo hubiera sabido antes.”


Clarisse, Solange y Belisse son las portavoces de las 180 madres adolescentes que el proyecto está apoyando en seis distritos de las provincias Sur y Oriental de Ruanda. Su ejemplo de amor por sus hijos y perseverancia en sus sueños nos muestra el camino.