La localidad de Lwisha, en el sureste de la República Democrática del Congo, tiene una población de alrededor de 200.000 habitantes. Se trata de una población predominantemente joven y con altos índices de desempleo, especialmente entre las mujeres y los jóvenes.
En Lwisha, la agricultura familiar y a pequeña escala sigue siendo la principal actividad de subsistencia. El maíz, la yuca, los cacahuetes y la horticultura son los cultivos más comunes, pero se trabajan de manera tradicional y sin apenas medios técnicos. Por ello, la productividad es muy baja y la población se ve obligada a buscar alternativas de vida trabajando en las minas de cobre de la zona.
Pero la actividad minera se realiza de manera manual, con técnicas y equipos rudimentarios, generalmente sin tener en cuenta cuestiones como la salud y la seguridad, y causando un importante impacto medioambiental en el entorno, por lo que no se puede considerar una alternativa digna para la población local.
Objetivo: Proporcionar alternativas de vida digna a la población local, ofreciendo formación y medios necesarios a las familias que quieran abandonar el trabajo en la mina, para que puedan trabajar sus huertos de manera sostenible y obtener cosechas suficientes para alimentar a sus familias y generar nuevos ingresos.
Población beneficiaria: 120 pequeñas agriculturas y agricultores de entre 35 y 55 años.
Propuesta:
1. Formación para reforzar las capacidades de producción agroecológica de las familias, para que puedan mejorar la productividad de cultivos rentables en las parcelas familiares.
2. Facilitar el asociacionismo campesino en cooperativas.
3. Poner en marcha un programa de ahorro y crédito para que las familias que componen las asociaciones de agricultores tengan acceso a financiación y a poner en marcha pequeños negocios.
4. Habilitar mecanismos de comercialización en los mercados locales, con el fin de que las familias puedan vender excedentes agrícolas y generar nuevos ingresos.
5. Formación en derechos, para poner en valor el rol de la mujer y visibilizar las violaciones de derechos humanos que sufren las mujeres de la zona.
Necesitamos conseguir 6.000 € para comprar semillas, plantas fertilizantes y materiales como regaderas.
Tras la compra, se distribuirán entre las familias participantes en las formaciones, para que las puedan empezar a utilizar en sus huertos familiares y les ayuden a lograr una forma de vida más digna y sostenible.
¿Nos ayudas a lograrlo?