Mesa redonda en el Colegio Jesuitas Santander-Kostka
Con motivo del día internacional del migrantes, que se celebra el 18 de diciembre, y como parte de la PAT Loyola-Santander, las obras de la Compañía de Jesús han organizado el jueves, 15 de diciembre, una mesa redonda que nos ha permitido acercarnos a la realidad del migrante más allá de las noticias, a veces distorsionadas; y, en muchos casos, silenciadas.
Contamos con 3 personas en la mesa. Por una parte, Ana Mª Uría Pelayo, abogada con una gran experiencia en el campo del derecho internacional y colaboradora habitual de Cáritas. Nos dio una visión general del concepto de migrante, refugiado y asilado. Números actuales, pros y contras que se encuentran muchos de los migrantes que se ven forzados a dejar sus casas, sus familias, … sus vidas enteras. Y, por otro lado, contamos con 2 inmigrantes: Eudis Rodríguez, venezolano. Médico radiólogo que debido a la situación de crisis social, económica y político se vio obligado a emigrar dejando atrás todo. Lleva casi 6 meses entre nosotros y la mayor parte del tiempo lo ocupa en gestionar sus papeles y tratar de homologar sus estudios de medicina. Y, finalmente, tuvimos también la oportunidad de conocer la historia de David Tawfik, egicpcio copto. Abogado con más de 10 años de experiencia y que en 2014 tuvo que abandonar su país por motivos políticos. Nos narró las peripecias que tuvo que sufrir hasta estar más o menos asentado en Zamora, actualmente.
Todos los participantes salieron conmocionados y agradecidos por las historias compartidas y el formato de la mesa.
Esperamos poder repetir a lo largo del año eventos de este tipo que nos ayuden a visibilizar en nuestra sociedad realidades que ocultamos o de las que no queremos saber nada pero que están ahí.
Voces que cuentan. El poder de la Hospitalidad
En el marco del Día Internacional de las Personas Migrantes y Refugiadas, desde la iniciativa Migragesto 2022, se organizó este 15 de diciembre un Café tertulia desde el Centro Loyola-Bilbao con un panel de lujo:
Mariana Urcuyo-Nicaragua
Elsa Teklu- Etiopia
Cecilia Santiago- México
Solange Diatta- Senegal
Silvia Flores-Nicaragua
Gladys Arriola- El Salvador
Todo lo que empieza con una café acaba bien. Este encuentro con mujeres maravillosas contaron desde la más pura sencillez, humildad y pasión sus travesías, luchas y reivindicaciones que les han hecho las mujeres que son hoy día, pero sobre todo contaron su testimonio de resiliencia desde su experiencia como yo le llamo en tono jocoso “el colmo de los colmos” ser mujer y además migrante… si ya el ser mujer ha sido y sigue siendo complicado todavía en pleno siglo XXI de cara a nuestro papel en el mundo, ser mujer, migrante, negra, le suma varios niveles de dificultad.
Pero como lo han demostrado muchas mujeres a través de la historia seguimos adelante procurando trascender frente a todos los escenarios que se nos presentan.
Escuché con atención y emoción todas y cada una de las palabras de mis ahora “nuevas personas agregadas a mi lista de favoritas” desde el ámbito social, religioso, político, educativo, etc y pude percatarme que con palabras más y palabras menos coincidían o coincidimos en varias reflexiones. Cuando migramos nos arrancan literal de nuestra tierra, de lo que conocemos, bueno o malo, pero es lo conocido, entonces se genera la necesidad acuciante de encontrar un “Hogar” que va más allá de una edificación. Sería un espacio donde sentirse acogida, escuchada, cobijada. El papel de la participación ciudadana es fundamental para los grandes y atinados cambios que nos potenciará esa capacidad de escucha, de tolerancia, de agrupación, de unidad y por qué no, de poder; poder que se genera desde la sororidad.
Pudimos conocer redes e iniciativas en las que estas mujeres han podido poner en juego su sabiduría, sus saberes y sueños; asociaciones sindicales y feministas, grupos sindicales, interculturales, pastorales, presencia en medios de comunicación, etc. Estas redes nos motivan a reflexionar sobre la otredad que si lo observamos con más detalles encontraremos esos puntos comunes que nos harán más sensibles y a abrir los ojos; y nos traerán a la mesa esos “aires de familia” como acotaba Wittgenstein, “aires de familia” que siempre encontraremos más y mejor si NOS prestamos atención.
A veces nos toca ser pioneras, escultoras de senderos, de caminos para que otras caminantes puedan pisar más firmes y seguras, debemos y queremos acompañarnos y abrazamos con un abrazo sincero, afectuosa y de apoyo como lo hiciera María e Isabel en la Visitación. Porque también es verdad que ese abrazo puede ser una asesoría jurídica, un plato de comida, un cafecito, una llamada, un enseñarte el camino a casa, un abrigo … pero también el brazo que nos recuerda que todas y todos somos hijas de Dios, ese Dios sin etiquetas, sin interpretaciones a pie de página, ese abrazo que lleva a vivir la cultura de la humanización y de la hospitalidad, que nos da fortaleza, Fe y esperanza en un presente y futuro inclusivo.
Mariana Marchena González- Volpa- Voluntariado internacional Alboan y Entreculturas